La tragedia tiñó de rojo el asfalto queretano esta mañana. Un cruce habitual, el de Calzada de los Arcos y Bernardo Quintana, se convirtió en escenario de un brutal accidente que truncó la vida de una joven de apenas 17 años. La promesa de un futuro brillante se apagó en un instante, víctima de la irresponsabilidad y la imprudencia al volante.

Según los informes de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro, el horror se desató cuando la conductora de un Mazda, con placas locales, ignoró la señal de alto del semáforo en rojo sobre Calzada de los Arcos. A toda velocidad, impactó contra dos vehículos que circulaban correctamente por Bernardo Quintana, desencadenando una carambola fatal. El Hyundai en el que viajaba la joven víctima como copiloto, fue proyectado violentamente contra una de las icónicas estructuras de Los Arcos, un símbolo de la ciudad que hoy se convierte en un doloroso recordatorio de la fragilidad de la vida.

Imaginen la escena: el chirrido de los neumáticos, el estruendo del metal contra el metal, el silencio atónito de los testigos… Paramédicos del Centro Regulador de Urgencias Médicas (CRUM) se apresuraron al lugar, pero para la joven ya no había nada que hacer. Confirmaron su fallecimiento en el sitio, mientras que el conductor del Hyundai, luchando por su vida, fue estabilizado y trasladado a un hospital con heridas de gravedad. En medio del caos y la desesperación, la presunta responsable, con el peso de una vida arrebatada sobre sus hombros, fue detenida por policías municipales. Ahora enfrenta cargos por homicidio culposo y lesiones, y será la Fiscalía General del Estado la encargada de integrar la carpeta de investigación y determinar su responsabilidad en este terrible suceso.

La noticia ha conmocionado a la comunidad queretana. La Calzada de los Arcos, usualmente transitada y vibrante, se vio paralizada durante horas. Peritos y servicios de emergencia trabajaron arduamente para recabar evidencias y retirar los vehículos involucrados, mientras el tráfico se desviaba y la ciudad contenía la respiración. Este accidente, que ha dejado un vacío irreparable en una familia, nos obliga a reflexionar sobre la importancia de la responsabilidad al volante. Conducir bajo los efectos del alcohol no es un juego, es una decisión consciente que puede tener consecuencias devastadoras. Las autoridades locales hacen un enérgico llamado a la ciudadanía: "No manejes si bebes, no arriesgues tu vida ni la de los demás". La vida es un regalo invaluable, no la desperdiciemos por una imprudencia. La memoria de esta joven de 17 años nos debe servir como un recordatorio constante de que cada vez que nos ponemos al volante, tenemos en nuestras manos la responsabilidad de proteger nuestra vida y la de quienes nos rodean. ¿Cuántos accidentes más tendrán que ocurrir para que entendamos que el alcohol y el volante son una combinación mortal?