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17 de julio de 2025 a las 22:40

Sheinbaum defiende a Bartlett tras reaparición.

La visita de Manuel Bartlett a Palacio Nacional ha desatado una ola de especulaciones, convirtiéndose en el foco de atención mediática y generando un debate sobre la transparencia y el acceso al poder. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, ha salido al paso de la controversia, ofreciendo una explicación que busca disipar las dudas y aclarar el propósito de la reunión del exdirector de la CFE en la sede del Ejecutivo Federal. Sin embargo, sus declaraciones han abierto nuevos interrogantes y han avivado el debate público.

Según Sheinbaum Pardo, Bartlett se reunió con un funcionario de la Consejería Jurídica que previamente había trabajado con él. Esta afirmación, aunque aparentemente sencilla, deja espacio a la interpretación. ¿Cuál es la naturaleza del asunto que requería la presencia de Bartlett en Palacio Nacional? ¿Por qué era necesario que se reuniera con un excolaborador en la Consejería Jurídica? La falta de detalles concretos alimenta la incertidumbre y da pie a conjeturas.

La Jefa de Gobierno ha enfatizado que Palacio Nacional no es exclusivamente la oficina de la presidenta, sino que también alberga a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y parte de la Consejería Jurídica. Este argumento, si bien cierto, no explica por qué la visita de Bartlett ha generado tanta controversia. ¿Acaso la presencia de otros funcionarios de alto nivel en el recinto histórico no es motivo de interés público? ¿O es que la figura de Bartlett, con su larga trayectoria y las polémicas que lo han rodeado, conlleva una carga simbólica que amplifica la atención mediática?

Sheinbaum Pardo ha comparado la situación con la visita de Bertha Alcalde, Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México, a Ernestina Godoy, Consejera Jurídica del Ejecutivo Federal. En ambos casos, según la Jefa de Gobierno, se trata de reuniones de trabajo para abordar temas específicos. Sin embargo, esta comparación no parece del todo convincente. La relación entre Alcalde y Godoy es de colaboración institucional, mientras que la presencia de Bartlett, un exfuncionario con un pasado controvertido, suscita inevitablemente interrogantes sobre la influencia que aún podría ejercer en las esferas del poder.

La insistencia de Sheinbaum Pardo en que no hay "absolutamente nada de malo" en la visita de Bartlett contrasta con la percepción de algunos sectores de la opinión pública, que ven en este encuentro un indicio de la persistencia de viejas prácticas políticas. La falta de transparencia y la escasa información disponible sobre el contenido de la reunión alimentan la suspicacia y generan desconfianza.

En un contexto de creciente demanda de rendición de cuentas y transparencia, la polémica generada por la visita de Bartlett a Palacio Nacional pone de manifiesto la necesidad de una comunicación más clara y precisa por parte de las autoridades. La ciudadanía tiene derecho a saber qué se discute en las altas esferas del poder y cuáles son los intereses que se defienden. Solo así se puede fortalecer la confianza en las instituciones y garantizar la legitimidad del ejercicio del poder. El silencio y la ambigüedad, por el contrario, solo sirven para alimentar la especulación y la desconfianza.

Fuente: El Heraldo de México