
17 de julio de 2025 a las 09:10
Pluris: Imprescindibles para ti
La representación proporcional (RP) en México, un sistema concebido para garantizar la pluralidad y la presencia de las minorías en el Congreso, ha sufrido una metamorfosis a lo largo de los años, alejándose de su propósito original y convirtiéndose en un terreno fértil para las malas prácticas. Originalmente, permitía a los partidos incluir en sus filas a figuras con gran capacidad legislativa pero sin el perfil para las campañas electorales, así como a figuras reconocidas por su trayectoria. Sin embargo, la manipulación de las listas de candidatos por parte de los líderes partidistas ha desvirtuado este mecanismo, convirtiéndolo en un botín político.
Esta distorsión de la RP, que en su génesis buscaba equilibrar la representación política y dar voz a las minorías, ha generado un debate en torno a su eficacia y pertinencia. Se ha llegado a plantear, incluso, la conveniencia de eliminarla por completo, una propuesta radical que ignora la importancia fundamental de este mecanismo para la salud democrática. En contraposición, se ha argumentado que la verdadera problemática reside en la elección por mayoría relativa, que puede llevar a la sobrerrepresentación de ciertas fuerzas políticas y a la marginación de otras.
La iniciativa de 2022, que proponía la transición a un sistema legislativo basado exclusivamente en la RP, representó una oportunidad perdida para corregir las distorsiones del sistema actual. Si bien la propuesta presentaba imperfecciones, la oposición, en lugar de enmendarlas y enriquecer el debate, optó por el rechazo sistemático, perdiendo la ocasión de impulsar una reforma que podría haber fortalecido la representatividad democrática. Esta postura obstruccionista impidió la posibilidad de alcanzar una representación parlamentaria más equitativa, donde la proporción de legisladores de cada partido reflejara con mayor fidelidad el porcentaje de votos obtenidos.
La actual propuesta de la presidenta Sheinbaum, que busca modificar la forma de elegir a los legisladores plurinominales, plantea un nuevo enfoque. La idea central es eliminar el control de los líderes partidistas sobre las listas y someter la elección directamente al voto ciudadano. Este sistema, aún sin definir completamente, se asemejaría al mecanismo utilizado para la elección de senadores y diputados locales en la Ciudad de México, donde las segundas votaciones más altas determinan la asignación de escaños plurinominales.
Si bien esta propuesta podría fomentar la participación de los candidatos en las campañas y reducir la influencia de las cúpulas partidistas, no garantiza la equidad en la representación. Es crucial analizar a profundidad las implicaciones de este nuevo sistema para asegurar que no se perpetúen las desigualdades y que se fortalezca la representatividad democrática.
La discusión en torno a la RP es un reflejo de la complejidad del sistema político mexicano. Se trata de un mecanismo valioso que, si bien ha sido desvirtuado, aún tiene el potencial de contribuir a una representación más justa y plural. La clave reside en perfeccionar el sistema, eliminando las prácticas que lo pervierten y fortaleciendo los mecanismos que garantizan su eficacia. El debate debe centrarse en cómo mejorar la RP, no en su eliminación, para asegurar que el Congreso refleje la verdadera diversidad política del país.
Fuente: El Heraldo de México