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17 de julio de 2025 a las 03:30

Ojuela te espera: Fantasmas, minas y aventura

Adéntrense en un viaje al corazón del México misterioso, donde el tiempo se detuvo y las leyendas susurran entre las ruinas. Ojuela, un pueblo fantasma enclavado en el semidesierto de Durango, les espera con sus historias de fortuna, tragedia y espectros. Imaginen un lugar donde el oro y la plata corrían como ríos, atrayendo a aventureros y soñadores en busca de riquezas. En el siglo XVI, el descubrimiento de metales preciosos transformó este rincón olvidado en un hervidero de actividad, dando origen a Ojuela y su imponente mina Santa Rita. La compañía Minera de Peñoles, un nombre que resuena en la historia de la minería mexicana, dejó su huella en este lugar, impulsando su crecimiento y dejando tras de sí un legado de ingeniería y misterio.

¿Se imaginan cruzar un puente colgante de más de 300 metros de longitud, suspendido sobre un abismo que corta la respiración? El Puente de Ojuela, una maravilla de la ingeniería del siglo XIX, obra de los mismos visionarios que construyeron el icónico Puente de Brooklyn, es la puerta de entrada a este mundo fantasmal. Este puente, que antaño conectaba el pueblo con la mina, hoy en día se yergue restaurado, como un testigo silencioso del pasado glorioso de Ojuela, invitando a los viajeros intrépidos a adentrarse en sus secretos.

Pero la fortuna es voluble, y el auge minero no duró para siempre. Accidentes, la caída de los precios de los metales y el agotamiento de las vetas sellaron el destino de Ojuela. Sus habitantes, obligados a buscar nuevas oportunidades, abandonaron el pueblo, dejando tras de sí un escenario fantasmagórico: casas desiertas, talleres corroídos por el tiempo y túneles oscuros que parecen extenderse hasta las entrañas de la tierra.

El silencio que reina en Ojuela es engañoso, pues está preñado de historias y leyendas que se transmiten de generación en generación. Se dice que el espíritu de un minero codicioso, que robó oro de la mina y murió aplastado por un derrumbe, aún vaga por los túneles, arrastrando cadenas y riendo en la oscuridad. ¿Se atreven a desafiar la maldición del “minero maldito”?

Y si la historia del minero no les hiela la sangre, la leyenda de la "novia de blanco" seguramente lo hará. Dicen que el alma en pena de una joven que esperaba en vano el regreso de su amado minero se aparece en las noches cerca del puente colgante. ¿Se atreverían a seguirla si se la encuentran en la oscuridad?

Ojuela no es solo un destino turístico; es una experiencia sensorial que despertará su imaginación y les hará sentir la vibrante historia que impregna cada rincón de este pueblo fantasma. Imaginen caminar entre las ruinas, sentir el viento susurrando los secretos del pasado, y capturar con sus cámaras la melancólica belleza de un lugar congelado en el tiempo. Al caer la noche, la atmósfera se vuelve aún más misteriosa, y la imaginación vuela libre, dando vida a las leyendas que se cuentan en voz baja.

Si buscan una aventura diferente, una experiencia que les erice la piel y les deje un recuerdo imborrable, Ojuela es el destino perfecto para estas vacaciones. ¿Se atreven a cruzar el puente hacia lo desconocido, a explorar las ruinas y a desafiar a los fantasmas del pasado? Ojuela les espera con los brazos abiertos… o quizás, con las cadenas del minero maldito.

Fuente: El Heraldo de México