
17 de julio de 2025 a las 11:25
Niña de 2 años perdida, abuela no la vio
La angustia se palpaba en el aire de la colonia Puebla, en la alcaldía Venustiano Carranza. Una niña de apenas dos años, sola, descalza y con apenas su ropa interior, deambulaba por la avenida Francisco Morazán, una arteria vital de la Ciudad de México, un hervidero de coches y peatones. Imaginen la escena: el ruido del tráfico, el ir y venir de la gente, y en medio de todo, una pequeña criatura perdida, vulnerable, expuesta a un sinfín de peligros. Afortunadamente, la solidaridad ciudadana se hizo presente. Una mujer, conmovida por la escena, dio aviso a las autoridades. Su llamada al 911 fue la chispa que encendió la cadena de acciones que culminaron con el reencuentro de la niña con su familia.
Los policías del sector, al recibir el reporte, actuaron con celeridad y sensibilidad. No solo se limitaron a resguardar a la pequeña, sino que emprendieron la tarea de encontrar a sus familiares. Mientras tanto, la niña, ajena a la magnitud de la situación, recibió el consuelo y la atención de los oficiales. Le ofrecieron leche y galletas, un gesto de ternura en medio de la incertidumbre.
La búsqueda, como un rompecabezas, fue uniendo piezas. Preguntas a los vecinos, a los transeúntes, la descripción de la pequeña con su sudadera amarilla y leggins morados con rosa… Cada detalle, por pequeño que pareciera, era una pista que podía conducirlos a su hogar. Finalmente, la puerta se abrió y allí estaba la abuela, una mujer de 39 años, quien confesó no haberse percatado de la ausencia de su nieta.
La noticia, como era de esperar, corrió como la pólvora en las redes sociales. Comentarios de todo tipo inundaron los foros. Indignación, preocupación, sorpresa… La fragilidad de la situación, el riesgo al que estuvo expuesta la pequeña, despertó la sensibilidad de muchos. Algunos cuestionaban la responsabilidad de la abuela, otros destacaban la importancia de la solidaridad ciudadana, y muchos más respiraban aliviados al saber que la historia tuvo un final feliz.
Más allá de la polémica, este suceso nos invita a reflexionar. Nos recuerda la importancia de estar atentos, de cuidar a los más vulnerables, de construir una red de apoyo en nuestras comunidades. La niña de la colonia Puebla, sin saberlo, nos dio una lección de humanidad. Nos demostró que la solidaridad, la rápida acción de las autoridades y la atención a los detalles pueden marcar la diferencia entre una tragedia y un final feliz. Y también nos recordó la vital importancia de la @UCS_GCDMX y otros medios de contacto de la SSC, herramientas a nuestro alcance para solicitar ayuda y reportar situaciones de riesgo. ¿Las conocemos? ¿Sabemos cómo utilizarlas? En un mundo cada vez más complejo, estas herramientas pueden ser la clave para protegernos a nosotros mismos y a quienes nos rodean.
Fuente: El Heraldo de México