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17 de julio de 2025 a las 10:40

Minería Mexicana: Crece 1.3% en 2024

El sector minero mexicano respira optimismo tras un 2024 que, si bien presentó retos, consolidó su importancia estratégica para la economía nacional. El crecimiento del 1.3% reportado por la Cámara Minera de México (Camimex) no es solo una cifra, es el reflejo del trabajo de miles de mexicanos que día a día contribuyen a la extracción y procesamiento de los recursos que mueven al mundo. Este ligero, pero constante ascenso, se da en un contexto internacional favorable, con una demanda creciente de metales clave que posiciona a México como un proveedor esencial, especialmente para la región de América del Norte. Imaginemos la magnitud: nuestros minerales son la base de innumerables industrias, desde la construcción hasta la tecnología, impulsando el desarrollo no solo dentro de nuestras fronteras, sino a nivel global.

La participación de la minería en el PIB, con un 2.77% del total y un 8.70% del PIB industrial, habla por sí sola. Estamos hablando de una industria que genera riqueza, que impulsa el crecimiento económico y que se consolida como un pilar fundamental para el futuro del país. Los más de cinco mil millones de dólares invertidos en 2024, aunque ligeramente por debajo de las proyecciones, demuestran la confianza del sector en el potencial mexicano. Estos recursos, destinados a la expansión y mantenimiento de las operaciones, son la semilla que permitirá cosechar mayores beneficios en los años venideros. Pedro Rivero González, presidente de Camimex, lo ha dicho con claridad: es necesario fortalecer la competitividad para atraer nuevas inversiones y aprovechar al máximo el ciclo económico global.

Pero el impacto de la minería va más allá de las cifras macroeconómicas. Detrás de cada porcentaje de crecimiento, hay rostros, familias, comunidades enteras que se benefician de la actividad minera responsable. Con 416,663 empleos directos y un nivel salarial 34% superior al promedio nacional, la minería no solo genera empleos, sino que ofrece oportunidades de desarrollo y bienestar para miles de mexicanos. Y si consideramos los 2.5 millones de empleos indirectos en su cadena de valor, la magnitud del impacto social se multiplica exponencialmente. Karen Flores, directora general de Camimex, lo resume perfectamente: la minería responsable se traduce en empleos dignos, en familias que pueden acceder a una mejor calidad de vida, en comunidades que prosperan.

El panorama es alentador, especialmente en los cinco principales estados mineros: Sonora, Zacatecas, Durango, Chihuahua y Guerrero, que con un crecimiento promedio del 2.5% superan la tasa nacional. Esto demuestra que, con las estrategias adecuadas, la minería puede ser un motor de desarrollo regional, impulsando el progreso y la prosperidad en zonas que históricamente han enfrentado importantes desafíos.

Sin embargo, no podemos ignorar los retos. La caída del 11.5% en la inversión en exploración es una señal de alerta que nos obliga a reflexionar sobre las condiciones de certidumbre que necesita el sector para seguir creciendo. Atraer nuevas inversiones requiere de un marco regulatorio claro y estable, que promueva la innovación y que garantice la sostenibilidad ambiental. El potencial geológico de México es inmenso, pero para aprovecharlo al máximo necesitamos generar confianza y fomentar la inversión a largo plazo. El futuro de la minería mexicana depende de nuestra capacidad para construir un sector sólido, responsable y competitivo, capaz de generar prosperidad para todos los mexicanos.

Fuente: El Heraldo de México