
17 de julio de 2025 a las 09:10
Juárez: ¿Dueños de las aduanas?
La elección en la Confederación de Asociaciones de Agentes Aduanales de la República Mexicana (CAAAREM) se ha convertido en un hervidero de especulaciones y controversias. Más allá de la simple renovación de liderazgo, la contienda por la presidencia nacional para el periodo 2025-2028 ha sacado a la luz una serie de cuestionamientos sobre la transparencia y las prácticas dentro de una organización clave para el comercio exterior mexicano. El foco de atención se centra en la figura de Claudio Silva-Herzog Urrutia, cuya trayectoria, si bien extensa, parece estar envuelta en una nebulosa de opacidad.
Las acusaciones que pesan sobre Silva-Herzog Urrutia, relacionadas con el uso discrecional de recursos durante su gestión en la Asociación de Agentes Aduanales del Aeropuerto de México (AAADAM), generan inquietud. Los viajes a Bruselas y China, financiados con fondos gremiales y sin la debida justificación, levantan serias dudas sobre la ética de su administración. A esto se suma la aparente red familiar que se extiende dentro del negocio aduanal, con la participación de su hijo y la sombra de la influencia de su padre y tío, figuras prominentes en el ámbito político y financiero. ¿Se trata de una simple coincidencia o de un entramado de poder que opera en las sombras?
La candidatura de Silva-Herzog se complica aún más con el respaldo de Nora Elena Yu Hernández, figura que añade otra capa de complejidad al panorama. Su doble rol como comisionada de enlace legislativo de la CAAAREM y senadora suplente de Andrea Chávez, la vincula directamente con el escenario político nacional. Las versiones periodísticas que apuntan a presiones para financiar las aspiraciones políticas de Chávez a cambio de reformas a la Ley Aduanera, dibujan un escenario de posibles favores políticos y negociaciones poco transparentes. La mencionada "Triple A", conformada por Chávez, Adán Augusto López y Andrés Manuel López Beltrán, se convierte en un elemento clave para entender las implicaciones políticas que trascienden el ámbito gremial.
El escándalo que rodea a Adán Augusto López, con sus presuntos vínculos con figuras cuestionadas y acusaciones de corrupción, añade un ingrediente explosivo a la mezcla. Las declaraciones de José Ramiro López Obrador, hermano del presidente, sobre la "pudrición" que estaría saliendo a la luz, resuenan con fuerza en este contexto y plantean interrogantes sobre la integridad de las figuras involucradas.
Mientras tanto, en otro frente, el INIFED y la elección de Racso Proyectos Industriales como proveedora, a pesar de presentar la proposición más cara, despierta sospechas sobre el manejo de recursos públicos. ¿Se están respetando los principios de austeridad? La deuda con Ocram Seyer, que prestó el mismo servicio a un costo menor, agrava la situación y plantea la posibilidad de favoritismos e irregularidades en los procesos de contratación.
En contraste con este panorama turbio, la iniciativa "Lluvia de Felicidad" en Panamá, con la donación de sistemas de captación pluvial por parte de Rotoplas, ofrece un ejemplo de cómo la colaboración público-privada puede generar soluciones concretas a problemas apremiantes. La brecha hídrica en zonas rurales exige acciones, no discursos, y este proyecto demuestra que la tecnología puede ser una herramienta poderosa para transformar la realidad y garantizar el acceso al agua. ¿Podría México replicar este modelo y aprovechar las tecnologías disponibles para abordar la problemática del agua? La experiencia de Rotoplas en el país sugiere que sí es posible. La apuesta es grande: maximizar el agua y garantizar su acceso a todos. La pregunta es, ¿estamos dispuestos a asumir el reto?
Fuente: El Heraldo de México