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17 de julio de 2025 a las 20:25
Error fatal de pilotos de Air India
La tragedia del vuelo AI-171 de Air India continúa revelando detalles escalofriantes a medida que avanza la investigación. Las grabaciones de las cajas negras, ahora en el centro de la atención mundial, pintan un cuadro desgarrador de los momentos finales del vuelo. Lejos de la imagen de serenidad que uno esperaría en la cabina de un avión a punto de despegar, las conversaciones registradas revelan una atmósfera tensa, marcada por la aparente calma del capitán Sumeet Sabharwal contrastando con el pánico creciente del primer oficial Clive Kunder, quien luchaba por controlar el Boeing Dreamliner. La desconexión entre ambos pilotos se hace palpable en el intercambio de preguntas sobre la manipulación de los interruptores de combustible, un elemento clave en la cadena de eventos que condujo al desastre. Mientras uno interrogaba al otro sobre la desactivación de estos interruptores cruciales, el otro negaba cualquier intervención, dejando un interrogante inquietante sobre quién o qué causó la interrupción del suministro de combustible a los motores.
El apagado y posterior reactivación de los interruptores, con una precisión de segundos que resulta casi inexplicable, añade otra capa de misterio al rompecabezas. ¿Fue un error humano? ¿Un fallo técnico? ¿Una combinación fatal de ambos? Estas preguntas resuenan con fuerza en la comunidad aeronáutica y en la opinión pública, que exige respuestas claras y contundentes. La revelación del Wall Street Journal, citando a funcionarios estadounidenses que apuntan al capitán como responsable de la manipulación de los interruptores, añade una dimensión aún más compleja al caso, poniendo el foco en las acciones del capitán Sabharwal y abriendo la puerta a un sinnúmero de especulaciones.
Más allá de las cuestiones técnicas, la investigación también ha puesto bajo la lupa la salud mental del piloto. Reportes de medios indios, basados en testimonios de colegas, sugieren que el capitán Sabharwal atravesaba un periodo de depresión tras el fallecimiento de su madre. Se habla de un cambio notable en su comportamiento, de una solicitud de licencia que plantea interrogantes sobre su estado emocional en los días previos al accidente. Si bien Air India no ha confirmado oficialmente estos datos, la posibilidad de que un problema de salud mental haya jugado un papel en la tragedia abre un debate crucial sobre la importancia del bienestar psicológico de los pilotos y la necesidad de implementar protocolos más rigurosos para garantizar la seguridad de los vuelos.
El silencio de Air India respecto a las condiciones laborales de sus pilotos alimenta la incertidumbre y la especulación. ¿Existían presiones laborales excesivas? ¿Se ignoraron señales de alerta? La falta de transparencia por parte de la aerolínea no solo dificulta la investigación, sino que también genera desconfianza y angustia entre los familiares de las víctimas, que buscan desesperadamente comprender las causas del accidente que les arrebató a sus seres queridos.
Mientras las autoridades continúan analizando las evidencias y reconstruyendo los últimos momentos del vuelo AI-171, la tragedia deja una profunda huella en la India y en el mundo. Más de 200 vidas truncadas, un único superviviente que escapó de las llamas, y una comunidad conmocionada que exige justicia y respuestas. La imagen del avión precipitándose contra el edificio, el horror de las víctimas atrapadas entre los escombros, y el heroísmo de quienes arriesgaron sus vidas para rescatar a los supervivientes, son escenas que quedarán grabadas en la memoria colectiva como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la seguridad en la aviación. El accidente del AI-171 no es solo una tragedia, es una llamada de atención que exige una revisión exhaustiva de los protocolos de seguridad y una mayor atención a la salud mental de los profesionales que tienen en sus manos la responsabilidad de cientos de vidas.
Fuente: El Heraldo de México