
17 de julio de 2025 a las 19:30
¡Cúrcuma: ¿Amiga o enemiga para tu hígado?
La cúrcuma, esa raíz dorada que ha conquistado las alacenas y los corazones de quienes buscan una vida más saludable, se encuentra en el centro de un debate crucial: ¿panacea o potencial peligro? Mientras que sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes son ampliamente reconocidas y celebradas, el reciente caso de una mujer en Nueva Jersey, hospitalizada por daño hepático severo posiblemente vinculado al consumo de suplementos de cúrcuma, ha encendido las alarmas a nivel mundial. Este incidente nos obliga a analizar con mayor profundidad los riesgos asociados a su consumo, y a comprender que incluso los productos naturales pueden tener un lado oscuro.
La historia de esta paciente, cuyas enzimas hepáticas se encontraron 60 veces por encima de los valores normales, nos recuerda la importancia de la moderación y la consulta médica. Si bien la cúrcuma, gracias a su componente estrella, la curcumina, ofrece un abanico de beneficios que van desde la protección contra el envejecimiento prematuro hasta el fortalecimiento del sistema inmunológico, su consumo excesivo, especialmente en forma de suplementos, puede desencadenar efectos secundarios indeseados.
El sistema digestivo es a menudo el primero en manifestar las señales de alerta. El Medical News Today advierte sobre la irritación estomacal que puede provocar la cúrcuma, estimulando la producción de ácido gástrico y dando lugar a acidez, náuseas, diarrea e incluso úlceras en casos extremos. Pero los efectos de la cúrcuma se extienden más allá del tracto digestivo, alcanzando incluso la sangre. Sus propiedades purificantes, aunque beneficiosas en algunos contextos, pueden aumentar la predisposición al sangrado, un efecto que aún requiere mayor investigación para comprender completamente sus mecanismos.
La dietista y nutrióloga Karina Tolentino, de la Universidad Estatal de San Francisco, señala otro posible riesgo asociado al consumo excesivo de cúrcuma: el daño renal. Si bien en cantidades moderadas puede tener efectos positivos en la función renal, el oxalato presente en la cúrcuma puede, en exceso, contribuir a la formación de cálculos renales e incluso a la insuficiencia renal. La nefropatía por oxalato, una condición precursora de la insuficiencia renal, es otro escenario posible a considerar.
Tolentino, miembro del Consejo de Expertos Médicos Dietéticos, también advierte sobre las posibles afectaciones en la vesícula biliar. La cúrcuma puede provocar contracciones y vaciado de la vesícula, lo que en pacientes con cálculos biliares puede aumentar la presión interna y generar complicaciones. A esto se suma la posibilidad de daño hepático, un efecto aún no completamente dilucidado pero que se ha observado principalmente en relación con el consumo de suplementos de curcumina.
Ante este panorama, la prudencia se impone. Si bien la cúrcuma ofrece un tesoro de beneficios para la salud, su consumo debe ser consciente y responsable. Consultar con un médico antes de incorporarla a la dieta, especialmente en forma de suplementos, es fundamental para evitar riesgos innecesarios. La automedicación y la sobreestimación de las bondades de los productos naturales, incluso aquellos tan populares como la cúrcuma, pueden tener consecuencias graves para la salud. Recordemos que el equilibrio y la moderación son las claves para aprovechar al máximo los beneficios de la naturaleza sin poner en peligro nuestro bienestar.
Fuente: El Heraldo de México