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17 de julio de 2025 a las 04:50

Cuida tu piel: Tatuajes seguros

La decisión de marcar nuestra piel con un tatuaje no se toma a la ligera. Es una expresión profunda, una declaración personal que nos acompaña a lo largo de la vida. Ya sea un homenaje a un ser querido, la celebración de un triunfo, la representación de una pasión o la simple belleza de un diseño que nos cautiva, el tatuaje se convierte en parte integral de nuestra identidad. Sin embargo, la emoción y el entusiasmo no deben eclipsar la importancia crucial de la seguridad. Elegir un estudio de tatuajes no es una tarea trivial, es una decisión que impacta directamente en nuestra salud y bienestar.

Antes de entregarnos a las manos del artista, debemos asegurarnos de que el estudio cumple con todas las normas sanitarias establecidas. No basta con que el diseño sea espectacular, la higiene y la seguridad son pilares fundamentales. La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) establece una serie de requisitos indispensables para garantizar la salud de los clientes. Un estudio responsable debe contar con un área designada para el lavado de manos con agua corriente y jabón, un espacio de esterilización con almacenamiento adecuado para el material estéril y un plan de manejo de residuos peligrosos aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Más allá de las instalaciones, la acreditación del profesional es esencial. El tatuador debe contar con una tarjeta de control sanitario expedida por Cofepris, que certifica sus conocimientos y habilidades para realizar procedimientos de modificación corporal. Asimismo, el estudio debe exhibir su aviso de funcionamiento, también emitido por Cofepris, que avala el cumplimiento de las normas sanitarias. Estos documentos, que deben estar a la vista del público, son nuestra garantía de que estamos en buenas manos.

Al llegar al estudio, la observación minuciosa es nuestra mejor aliada. Un ambiente limpio e higiénico es la primera señal de un establecimiento responsable. El mobiliario, como camillas y repozabrazos, debe estar debidamente protegido con film plástico, y la desinfección de los instrumentos debe ser una práctica visible. La utilización de agujas nuevas y estériles para cada tatuaje es innegociable, un requisito fundamental para prevenir infecciones y complicaciones.

La elección de las tintas también juega un papel importante. Según la Dra. Paula Torres Camacho, dermatóloga de la UNAM, las tintas negras y azul marino tienden a causar menos reacciones, mientras que las que contienen cromo, magnesio y mercurio, como las amarillas, rojizas o azul claro, son más propensas a generar problemas. La composición de las tintas, a base de pigmentos minerales con metales, puede provocar reacciones en el organismo al ser reconocidas como agentes extraños. Un tatuador experimentado podrá asesorarnos sobre las opciones más seguras y adecuadas para nuestra piel.

El cuidado posterior al tatuaje es crucial para su correcta cicatrización y la preservación de los colores. La hidratación constante con cremas y la protección solar son esenciales. El recambio celular natural de la piel puede hacer que la tinta se vuelva superficial y se desvanezca con el tiempo, por lo que la protección solar ayuda a mantener la intensidad del color.

En definitiva, un tatuaje es una decisión personal que debe tomarse con responsabilidad. Informarse, investigar y elegir un estudio que priorice la higiene y la seguridad son pasos fundamentales para disfrutar de una experiencia gratificante y sin riesgos. La belleza de un tatuaje reside no solo en su diseño, sino también en la tranquilidad de saber que ha sido realizado con profesionalismo y en un entorno seguro.

Fuente: El Heraldo de México