La noche del miércoles se tiñó de tragedia en Tijuana, cuando un velorio se convirtió en escenario de un brutal asesinato. El silencio respetuoso y el dolor por la pérdida de una madre fueron destrozados por el sonido de las balas en la funeraria Hernández, ubicada en el concurrido bulevar Díaz Ordaz, a la altura de la Avenida de Los Charros. Un hombre de aproximadamente 33 años, quien se encontraba velando a su progenitora, fue sorprendido por un sujeto armado que irrumpió en el lugar alrededor de las 21:00 horas.

Según testigos presenciales, el agresor, sin mediar palabra, abrió fuego contra la víctima frente a los horrorizados asistentes. Dos disparos certeros, dirigidos a la cabeza y el rostro, acabaron con la vida del hombre en el acto. La escena, que momentos antes era de duelo y recogimiento, se transformó en un caos de gritos y desesperación.

Paramédicos de la Cruz Roja Mexicana llegaron rápidamente al lugar, pero solo pudieron confirmar el deceso. El cuerpo del hombre yacía sin vida, un trágico recordatorio de la violencia que azota a la ciudad. Mientras tanto, el agresor, con una frialdad escalofriante, se daba a la fuga en un vehículo sedán, perdiéndose en la oscuridad de la noche.

La noticia del asesinato se propagó rápidamente, generando una intensa movilización policial. El bulevar Díaz Ordaz, una de las principales arterias viales de la ciudad, fue cerrado desde Zona Centro hacia la 5 y 10, desviando el tránsito por la Avenida Ermita. Agentes de la policía municipal acordonaron la funeraria, convirtiéndola en una escena del crimen. Un fuerte operativo, que involucró a diversas corporaciones de seguridad, se desplegó en la zona con la esperanza de capturar a los responsables, pero hasta el momento, la búsqueda ha sido infructuosa.

La cercanía del lugar de los hechos con la Penitenciaría La Mesa, un centro penitenciario de alta seguridad, añade un elemento inquietante al caso. ¿Existe alguna conexión entre el asesinato y el penal? ¿Se trata de un ajuste de cuentas relacionado con el mundo del crimen organizado? Estas son algunas de las preguntas que las autoridades intentan responder.

La Fiscalía General del Estado ya ha iniciado las investigaciones correspondientes para esclarecer el motivo del asesinato y dar con los responsables. Se están recabando testimonios de los presentes en el velorio y se analizan las grabaciones de las cámaras de seguridad de la funeraria y sus alrededores. La comunidad tijuanense se encuentra consternada por este nuevo acto de violencia que ha enlutado a una familia en un momento de por sí doloroso. La exigencia de justicia y el clamor por un freno a la inseguridad resuenan con fuerza en las calles de la ciudad. Se espera que las autoridades actúen con celeridad y eficiencia para llevar a los culpables ante la justicia y brindar un poco de paz a los familiares de la víctima, quienes ahora deben afrontar una doble tragedia. El futuro de la investigación y la captura de los responsables se mantienen en vilo, mientras Tijuana sigue lidiando con la sombra de la violencia.