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17 de julio de 2025 a las 05:00

Alto al trabajo infantil en Monterrey

La infancia, esa etapa crucial de descubrimiento, juego y aprendizaje, se ve amenazada por la sombra del trabajo infantil. En Monterrey, el DIF municipal ha redoblado sus esfuerzos para combatir esta problemática, llevando la campaña de difusión del Programa para la Atención y Prevención del Trabajo Infantil (PAPTI) a las salas de cine, un espacio de esparcimiento familiar donde el mensaje de concientización resuena con fuerza. La iniciativa, encabezada por Gaby Oyervides, presidenta del DIF, e Ivonne Álvarez, directora general, en colaboración con Cinépolis, busca no solo informar, sino también movilizar a la ciudadanía a la acción. Las carteleras instaladas en los cines no son simples anuncios, sino un llamado a la responsabilidad colectiva, una invitación a abrir los ojos ante una realidad que a menudo se esconde a plena vista. Reportar un posible caso de trabajo infantil no es solo un deber cívico, es un acto de protección hacia la niñez vulnerable.

Más allá de las pantallas, el DIF Monterrey trabaja incansablemente en la Casa Club PAPTI, un oasis de esperanza para niñas, niños y adolescentes rescatados de las garras del trabajo. Este espacio se convierte en un segundo hogar, donde reciben atención integral que abarca desde apoyo escolar y alimentación nutritiva, hasta actividades recreativas que les devuelven la alegría y la posibilidad de una infancia plena. La integración familiar también es un pilar fundamental del programa, pues se busca fortalecer los lazos familiares y brindarles las herramientas necesarias para romper el ciclo de la pobreza y la explotación. Los equipos de PAPTI recorren las calles de la ciudad, como guardianes silenciosos de los derechos de la niñez, detectando y atendiendo casos donde la vulnerabilidad se convierte en una amenaza. Su labor es un testimonio del compromiso del DIF por proteger a quienes representan el futuro de nuestra sociedad.

La erradicación del trabajo infantil no es una tarea sencilla, requiere un frente unido donde gobiernos, sociedad civil, empresas y familias trabajen en sinergia. Garantizar el acceso a una educación gratuita, de calidad y segura es la piedra angular de esta lucha. La escuela se convierte en un escudo protector, una alternativa real al trabajo que ofrece a los niños la oportunidad de desarrollar su potencial y construir un futuro digno. El apoyo económico a familias en situación de pobreza es otra pieza clave del rompecabezas, pues permite romper la dependencia del ingreso generado por los menores. Fortalecer las leyes laborales, vigilar su cumplimiento y sancionar a quienes explotan la infancia son acciones imprescindibles para crear un entorno de justicia y protección.

La concientización es un arma poderosa en esta batalla. Campañas informativas que difundan los derechos de la niñez y las consecuencias devastadoras del trabajo infantil en su desarrollo físico, emocional y educativo son cruciales para sensibilizar a la población. Las empresas también tienen un rol fundamental, comprometiéndose con prácticas libres de explotación infantil en sus cadenas de producción. Como ciudadanos, no podemos permanecer indiferentes. Denunciar cualquier caso de trabajo infantil y promover entornos seguros donde las niñas y niños puedan crecer, jugar y aprender sin ser forzados a trabajar es nuestra responsabilidad.

Existen diversos canales para denunciar el trabajo infantil de manera segura y, si se desea, anónima. La línea gratuita de la Procuraduría Federal de la Defensa del Trabajo (PROFEDET) 800 717 2942, ofrece atención especializada y orientación sobre cómo proceder. También se puede realizar la denuncia en línea a través del portal oficial www.gob.mx/profedet. El Sistema DIF municipal o estatal, la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, la Fiscalía General del Estado, la Comisión de Derechos Humanos y, en casos urgentes, el 911, son otras vías para alzar la voz y proteger a la infancia. Cada denuncia es una semilla de esperanza, un paso hacia un futuro donde el trabajo infantil sea solo un triste recuerdo del pasado.

Fuente: El Heraldo de México