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17 de julio de 2025 a las 17:50

¡Alerta! Tacos con "extra" en CDMX.

La comida callejera, un elemento vibrante de la cultura gastronómica de la Ciudad de México, se encuentra bajo la lupa tras un estudio del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que revela la presencia de bacterias fecales, específicamente Escherichia coli y Salmonella, en algunas salsas vendidas cerca de estaciones del Metro. Este hallazgo, publicado en la revista Hospital Medicine and Clinical Management, enciende las alarmas sobre la seguridad alimentaria y nos obliga a reflexionar sobre las prácticas de higiene en estos populares comercios.

Imaginen: el bullicio de la ciudad, el ir y venir de la gente apresurada, el aroma tentador de los tacos al pastor y las quesadillas… ¿Quién no ha sucumbido a la tentación de un antojito en un puesto callejero? Sin embargo, este estudio nos recuerda la importancia de ser cautelosos y exigir las más altas normas de higiene.

El IPN analizó muestras de salsas en puestos ubicados a 50 metros de 181 estaciones del Metro. Los resultados son preocupantes: un 5% de las muestras contenía coliformes fecales, mientras que un 22% presentaba coliformes totales. La presencia de E. coli, en particular, indica una posible contaminación fecal y representa un riesgo significativo para la salud de los consumidores, pudiendo provocar desde malestares estomacales leves hasta infecciones graves.

No se trata de demonizar la comida callejera, una tradición arraigada en nuestra cultura y fuente de sustento para muchas familias. Se trata de exigir y promover la responsabilidad tanto de los vendedores como de los consumidores. El estudio del IPN no busca acabar con esta práctica, sino impulsar un cambio hacia prácticas más seguras e higiénicas.

Ante esta situación, la Secretaría de Salud de la Ciudad de México ha anunciado el refuerzo de las acciones de vigilancia sanitaria en los puestos de comida callejera. Las 26 suspensiones realizadas este año por malas prácticas de higiene, presencia de fauna nociva y manejo inadecuado de alimentos, entre otras irregularidades, demuestran la necesidad de una mayor supervisión y control.

Pero la responsabilidad no recae únicamente en las autoridades. Como consumidores, también debemos ser más conscientes y exigentes. Observemos las condiciones de higiene del puesto, la manipulación de los alimentos y la limpieza del personal. No dudemos en preguntar sobre las medidas sanitarias que se implementan.

La educación sanitaria es fundamental. Programas dirigidos tanto a vendedores como a consumidores son cruciales para garantizar la inocuidad de los alimentos. Debemos aprender a identificar los riesgos y a tomar las precauciones necesarias para proteger nuestra salud. Informarnos sobre las recomendaciones de la Secretaría de Salud, como las compartidas en su boletín, es un primer paso.

El futuro de la comida callejera depende de la colaboración entre autoridades, vendedores y consumidores. Trabajando juntos, podemos asegurar que esta tradición culinaria siga viva, pero de una manera segura y saludable para todos. La deliciosa experiencia de disfrutar de un taco al pastor no debería venir acompañada del riesgo de una infección. La higiene es el ingrediente secreto para una comida callejera verdaderamente disfrutable.

Fuente: El Heraldo de México