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17 de julio de 2025 a las 18:00

Adiós a una estrella infantil: Fallece a los 55

El mundo de la música infantil española se viste de luto. Una noticia que ha resonado con fuerza en los corazones de toda una generación, y que ha trascendido fronteras, es el fallecimiento de Astrid Fenollar, la icónica integrante del grupo Regaliz, a la temprana edad de 55 años. La noticia, confirmada recientemente, ha generado una ola de conmoción y tristeza entre sus seguidores, quienes recuerdan con cariño su voz y su energía en los escenarios.

Si bien su carrera musical se desarrolló principalmente en la década de los 80, el legado de Astrid y de Regaliz perdura en la memoria colectiva. Para muchos, la agrupación representó la banda sonora de su infancia, con temas inolvidables como "Buenas noches, Sr. Monstruo", "Que no pare la música" y "Guillermo", canciones que aún hoy resuenan con la misma alegría y vitalidad de antaño. Esos ritmos pegadizos y letras llenas de inocencia marcaron una época, convirtiéndose en himnos para niños y niñas que crecieron al compás de sus melodías.

La trayectoria de Regaliz, aunque breve, fue intensa y prolífica. Con seis discos y dos películas en su haber, el grupo alcanzó una popularidad comparable a la de Parchís, otro fenómeno musical infantil de la época. Astrid, junto a sus compañeros Jaime Benet, Eduardo Navarrete y Eva Mariol, conquistó los corazones del público con su talento y carisma. Su música trascendió generaciones, llegando incluso a quienes no vivieron directamente la época dorada del grupo, demostrando así el impacto duradero de su trabajo.

El hermetismo en torno a las circunstancias de su fallecimiento ha generado especulaciones. Si bien no hay una confirmación oficial, la prensa española apunta a una larga lucha contra el cáncer. Este detalle añade una capa de tristeza a la noticia, recordándonos la fragilidad de la vida y la importancia de valorar cada momento. La discreción con la que Astrid llevó su enfermedad habla de su personalidad, siempre alejada de los focos mediáticos tras su retiro de la escena musical.

Después de su etapa en Regaliz, Astrid Fenollar decidió alejarse del mundo del espectáculo y buscar una vida más tranquila en la isla de Menorca. Allí, dedicó su tiempo y energía a una labor admirable: trabajar en una residencia para personas con discapacidad intelectual y física. Este gesto revela la nobleza y la generosidad de su espíritu, una faceta quizás desconocida para muchos de sus fans, pero que habla de la profunda humanidad de la artista. Su última aparición pública fue en el programa "Los mejores años de nuestra vida" de RTVE, donde recordó con nostalgia y cariño su paso por Regaliz, describiéndolo como "un juego" en el que se lo pasaban "muy bien". Esa imagen de Astrid, feliz y recordando con cariño su pasado, es la que quedará grabada en la memoria de quienes la admiraron.

La partida de Astrid Fenollar deja un vacío en el panorama musical español. Su voz, su energía y su legado permanecerán vivos en el recuerdo de quienes crecieron con su música y en las nuevas generaciones que descubren su talento. Más allá de su faceta artística, su dedicación a los demás en Menorca nos deja un ejemplo de vida y de compromiso social. Su historia nos recuerda que la verdadera grandeza reside no solo en el éxito profesional, sino también en la bondad y la entrega a los demás. Astrid Fenollar, una estrella que brilló con luz propia dentro y fuera del escenario, será recordada con cariño y admiración.

Fuente: El Heraldo de México