
16 de julio de 2025 a las 13:50
Tragedia familiar: Abuelo revela la verdad
La tragedia que envolvió a la familia Martínez Canro en la paradisíaca isla de San Andrés continúa generando interrogantes y un profundo dolor. Orlando Canro, padre de Viviana, la joven madre encontrada sin vida junto a su esposo e hijo de cuatro años, ha roto el silencio en medio de la desolación, aportando detalles cruciales que podrían arrojar luz sobre este misterioso suceso. Recordemos que la familia fue hallada en la habitación del Hotel Portobelo Convention, sin signos aparentes de violencia, lo que descartó inicialmente un ataque directo. El pequeño Kevin Matías, su padre y Viviana yacían inmóviles, una escena desgarradora que ha conmocionado a Colombia entera.
Canro ha compartido parte de los resultados de la autopsia practicada a su nieto, un procedimiento crucial para desentrañar el enigma. "Al niño no le encontraron nada extraño en el estómago, que estaba limpio, que tenía una espuma normal y que el hígado lo tenía limpio", reveló con voz quebrada, aferrándose a cada detalle como una pieza de un rompecabezas incompleto. Esta información, aunque preliminar, descarta la ingesta de alguna sustancia tóxica evidente, aumentando la incertidumbre y la necesidad de respuestas. La angustia de la familia se intensificó al no obtener respuesta a sus llamadas ni golpes en la puerta de la habitación. La preocupación se transformó en horror cuando el personal del hotel abrió la puerta, revelando la tragedia.
Las autoridades, según Canro, barajan la hipótesis de un envenenamiento por riña, una posibilidad que el abuelo descarta rotundamente. "No fue nada de eso", afirmó con convicción en una entrevista con Radio Caracol. Su testimonio introduce un nuevo elemento a la investigación: la presencia de un gas extraño en la habitación. "Mi hija desde el día que llegó sintió el mal olor de esa habitación. A ella no le gustó esa habitación”, declaró, describiendo un olor similar al de la pintura, “algo raro que no le hicimos caso y miren las consecuencias”. Un detalle aparentemente insignificante que ahora cobra una importancia capital. ¿Podría este misterioso gas ser la clave para resolver el caso? ¿Se trata de una fuga accidental o de algo más siniestro?
Si bien el personal del hotel se ha mostrado solícito con la familia, ofreciendo apoyo y atención, la prioridad de Orlando Canro es la justicia. No busca consuelo, sino respuestas. Exige una investigación exhaustiva que esclarezca las circunstancias de la muerte de sus seres queridos. La búsqueda de la verdad se convierte en un clamor, un grito desesperado en medio del dolor. ¿Qué sucedió realmente en esa habitación? ¿Fue un accidente, una negligencia o un acto criminal? Las preguntas siguen sin respuesta, mientras la familia Martínez Canro, sumida en el dolor, espera que la justicia ilumine la oscuridad que rodea esta tragedia. El eco de sus voces resuena en la isla, exigiendo que se haga justicia y que la verdad, por dolorosa que sea, salga a la luz. El caso sigue abierto, convirtiéndose en un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia de la búsqueda incansable de la verdad.
Fuente: El Heraldo de México