La medianoche en Majachkalá, Daguestán, se tiñó de rojo con el intento de asesinato a Timur Khizriev, la estrella rusa de MMA. Las cámaras de seguridad de la urbanización captaron la escalofriante escena: Khizriev, desprevenido, junto a su camioneta, cuando dos figuras encapuchadas irrumpen en la tranquilidad de la noche, armas en mano. Un primer disparo impacta en el luchador, quien, lejos de amedrentarse, reacciona con la fiereza de un león acorralado. Se abalanza sobre uno de sus atacantes, desatando un intercambio de disparos que resuena en el silencio de la noche. La tensión se palpa en el aire, cada detonación un latido acelerado, un grito ahogado en la garganta. Diez balas, aproximadamente, perforan la oscuridad, cinco de ellas encuentran su objetivo en el cuerpo de Khizriev. A pesar de las heridas, el luchador consigue escapar, una huida desesperada por la supervivencia, mientras los agresores, profiriendo insultos, se desvanecen en la noche a bordo de un Lada Priora blanco, conducido por un tercer cómplice, según indican las investigaciones.

Este ataque, que bien podría ser la trama de una película de acción, ha conmocionado a la comunidad de las artes marciales mixtas. ¿Un ajuste de cuentas? Es la hipótesis que cobra más fuerza entre los investigadores y que resuena en los medios locales. La vida de Khizriev, el invicto campeón, el “Imam” con un récord impecable de 18-0, pendió de un hilo. Trasladado de urgencia al hospital, fue sometido a una cirugía para extraer las balas alojadas en su hombro, pecho y manos. La incertidumbre se apoderó de sus seguidores, de la comunidad de las MMA, que contenía la respiración esperando noticias. Afortunadamente, el joven de 29 años se recupera favorablemente, su vida ya no corre peligro, aunque las cicatrices de esta brutal agresión, tanto físicas como emocionales, seguramente lo acompañarán por mucho tiempo.

El incidente no solo nos recuerda la fragilidad de la vida, sino que también arroja una sombra sobre la brillante carrera de Khizriev. Un luchador que se ha labrado un nombre a base de esfuerzo, disciplina y un talento innato. Desde sus inicios como amateur, donde conquistó el campeonato de Rusia y la plata en el Campeonato de MMA de los Urales, hasta su consagración como campeón mundial en 2024, tras vencer a Brendan Loughnane, Khizriev ha demostrado ser un guerrero dentro y fuera del octágono. Su estilo único, una fusión de lucha libre y Wushu Sanda, lo convierte en un oponente formidable, capaz de combinar golpes y derribos con una precisión letal. ¿Cómo afectará este atentado a su futuro en las MMA? ¿Podrá volver a la jaula con la misma determinación y confianza? Son preguntas que solo el tiempo podrá responder. Mientras tanto, la comunidad de las artes marciales mixtas espera con ansias su recuperación, no solo física, sino también anímica, para volver a ver brillar a la estrella rusa en el escenario que le pertenece: el octágono.

Este intento de asesinato no es solo un ataque a Timur Khizriev, es un ataque al espíritu de la competición, a la dedicación y al sacrificio que representa el mundo de las artes marciales mixtas. Esperemos que la justicia se imponga y que los responsables de este cobarde acto sean llevados ante la ley. Y que Timur, el "Imam", pueda recuperarse completamente y volver a demostrar al mundo la fuerza y la resiliencia de un verdadero campeón.