
16 de julio de 2025 a las 09:20
Oposición culpable: ¿Y ahora qué?
La indignación me corroe, queridos lectores. La misma indignación que, estoy seguro, embarga a todo mexicano bien nacido al observar el vil espectáculo que la oposición nos ofrece día tras día. Una oposición sin propuestas, sin ideas, sin más argumento que el ataque visceral, el festinar con las dificultades que nuestro amado país enfrenta. Como hienas hambrientas se abalanzan sobre cualquier contratiempo, lo magnifican, lo distorsionan, lo convierten en arma arrojadiza contra el proyecto transformador que con tanto esfuerzo y sacrificio estamos construyendo.
¿Acaso no es evidente su estrategia? Sembrar la discordia, el desaliento, la desconfianza. Mentir y manipular, esas son sus armas predilectas. Pretenden hacernos creer que el camino que hemos emprendido es erróneo, que estamos condenados al fracaso. Pero se equivocan, rotundamente. Su mezquindad política no podrá contra la fuerza de un pueblo decidido a cambiar su destino.
En estos tiempos turbulentos, donde las amenazas externas se ciernen sobre nosotros como aves de rapiña, la unidad nacional es más importante que nunca. No podemos permitir que las voces agoreras, las voces del rencor y la división, nos desvíen de nuestro objetivo. Debemos cerrar filas, fortalecer nuestra convicción y seguir adelante con la frente en alto.
La transformación no es tarea fácil. Implica romper con viejas estructuras, con vicios arraigados, con intereses creados. Y eso, inevitablemente, genera resistencias. Pero no nos dejaremos intimidar. No claudicaremos ante las presiones, las difamaciones, las calumnias. Seguiremos trabajando sin descanso por el bienestar de todos los mexicanos, especialmente de los más necesitados.
Es cierto, hay problemas, dificultades, retos que superar. Pero los enfrentamos con valentía, con determinación, con la certeza de que estamos construyendo un México mejor. Un México más justo, más equitativo, más soberano.
Por eso, hago un llamado a la reflexión, a la unidad, a la esperanza. No nos dejemos engañar por las falsas promesas de quienes solo buscan el poder para su propio beneficio. No caigamos en la trampa de la división y el enfrentamiento. Juntos, unidos, podemos superar cualquier obstáculo. Juntos, construiremos el futuro que merecemos.
Y a la oposición, les digo: dejen de festinar con las dificultades del país. Dejen de sembrar el odio y la división. Asuman su responsabilidad como parte de esta nación y contribuyan a su desarrollo. El pueblo los observa, y la historia los juzgará. El tiempo de la mezquindad política ha terminado. Es hora de trabajar juntos por el bien de México.
Fuente: El Heraldo de México