La tragedia ha conmocionado a Mar del Plata. Un inocente paseo en motocicleta terminó abruptamente en la noche del lunes 14 de julio, segando la vida de José Emilio Parrada, un hombre de 40 años. La escena, en el cruce de las calles Solar y Marcelo T. de Alvear, inicialmente parecía narrar un accidente fortuito. Un cable, presumiblemente desprendido de la infraestructura urbana, se convirtió en una trampa mortal, impactando con fuerza el cuello de Parrada mientras conducía su motocicleta. La velocidad a la que circulaba amplificó la fuerza del impacto, infligiendo una herida fatal que le arrebató la vida. Las primeras hipótesis apuntaban a un cable de telefonía o de luz suelto, un trágico descuido en el mantenimiento de la ciudad. Sin embargo, la verdad, revelada por las cámaras de seguridad de la zona, resultó ser mucho más oscura y escalofriante.

Lejos de ser un accidente, la muerte de Parrada se configuró como un acto intencional, un crimen perpetrado por un grupo de al menos cinco menores de edad. Las imágenes captadas por las cámaras muestran a los jóvenes amarrando deliberadamente un cable de fibra óptica entre dos árboles, creando una trampa mortal para cualquier transeúnte desprevenido. La Policía Científica de Buenos Aires, tras analizar minuciosamente las grabaciones, confirmó la intencionalidad del acto, transformando el caso de un accidente a un homicidio.

El análisis forense del cuerpo de Parrada reveló la brutalidad del impacto. Además de la profunda herida en el cuello, presentaba severas lesiones en el cráneo y otras partes del cuerpo, producto del violento impacto contra el asfalto tras ser proyectado por el aire a una distancia estimada de 10 metros. La fuerza con la que el cable lo golpeó y la posterior caída, dibujan un escenario de violencia inusitada.

La Fiscalía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires trabaja contrarreloj. Los videos, pieza clave en la investigación, están siendo examinados con rigurosidad para identificar a cada uno de los menores implicados. Se busca esclarecer los motivos detrás de este acto criminal, entender qué llevó a estos jóvenes a tender una trampa mortal. Hasta el momento, no se han reportado detenciones, pero las autoridades confían en que la identificación y captura de los responsables es inminente.

La vida de José Emilio Parrada, más allá de la tragedia que marcó su final, se revela compleja. Padre de dos hijas y esposo, luchaba por reconstruir su vida tras un pasado con antecedentes penales por robos y resistencia a la autoridad. Se había reinventado como mecánico y jardinero independiente, ofreciendo sus servicios a través de su perfil de Facebook. Su presente, enfocado en el trabajo y la familia, contrasta dramáticamente con la violencia absurda que le arrebató la vida. Este caso ha conmocionado a la comunidad, no solo por la brutalidad del acto, sino también por la edad de los presuntos responsables. La investigación continúa, buscando justicia para Parrada y respuestas que ayuden a comprender las causas de esta tragedia que enluta a Mar del Plata. ¿Qué factores sociales y personales llevaron a estos menores a cometer semejante acto? ¿Qué medidas se pueden tomar para prevenir situaciones similares en el futuro? Estas son algunas de las preguntas que resuenan en una ciudad conmocionada por la violencia y la pérdida de una vida de forma tan absurda.