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16 de julio de 2025 a las 19:50

Multas por Bacheo en CDMX ¿Mito o Realidad?

Las lluvias torrenciales que azotan la Ciudad de México cada año, además de la belleza efímera de los cielos encapotados y el aroma a tierra mojada, traen consigo un viejo conocido, un enemigo silencioso que acecha bajo las ruedas de nuestros vehículos: el bache. No se trata de simples imperfecciones en el asfalto, sino de auténticas trampas que ponen en jaque la seguridad vial y la integridad de nuestros coches. Imaginen la escena: la lluvia cae con fuerza, la visibilidad disminuye y, de repente, un golpe seco, el volante se sacude y una sensación de impotencia nos invade. Hemos caído en la trampa, en un bache que, además del susto, puede haber causado daños costosos a nuestro vehículo.

Este problema, lamentablemente recurrente, no es exclusivo de una zona en particular. Desde las grandes avenidas hasta las calles más recónditas, los baches proliferan como una plaga, convirtiendo el simple acto de conducir en una carrera de obstáculos. Y la pregunta que surge, año tras año, es la misma: ¿qué se está haciendo para combatir este mal endémico? Las autoridades, por su parte, aseguran estar trabajando en ello, implementando programas de bacheo y reparaciones. Sin embargo, la realidad que vivimos a diario en las calles nos cuenta una historia diferente.

La frustración de los ciudadanos es palpable. Muchos, cansados de esperar soluciones que parecen no llegar nunca, han optado por tomar cartas en el asunto, armados con palas, cemento y grava, se convierten en improvisados reparadores del asfalto, una muestra de la desesperación y la autogestión ante la ineficacia de las instancias gubernamentales. Pero ojo, esta noble intención, por más comprensible que sea, puede acarrear consecuencias legales. La normativa vigente prohíbe la intervención ciudadana en la vía pública sin la autorización correspondiente. Tapar un bache, por más pequeño que sea, puede resultar en una multa considerable e incluso en un arresto.

Entonces, ¿qué podemos hacer? La respuesta, aunque parezca desalentadora, es la vía institucional. Reportar los baches a las autoridades competentes, a través de las líneas telefónicas habilitadas, las plataformas digitales o las redes sociales, es el camino a seguir. Si bien el proceso puede ser lento y burocrático, es la única forma de actuar dentro del marco legal y evitar sanciones. Documentar el bache con fotografías y la ubicación precisa, agilizará la gestión y permitirá a las cuadrillas de reparación actuar con mayor eficiencia.

Es importante recordar que la responsabilidad de mantener las calles en óptimas condiciones recae en las autoridades. Exigir soluciones, denunciar la negligencia y promover la cultura cívica, son herramientas fundamentales para combatir este problema que afecta a todos. La lucha contra los baches es una batalla que debemos librar juntos, con paciencia, perseverancia y la convicción de que merecemos calles seguras y transitables. No nos conformemos con esquivarlos, exijamos soluciones.

Fuente: El Heraldo de México