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16 de julio de 2025 a las 09:20
La respuesta del Papa sobre la Resurrección que sorprendió a Cercas
La inesperada llamada del Vaticano resonó en la vida de Javier Cercas como un eco divino, una improbable conjunción astral entre la necesidad personal y la oportunidad única. El reconocido escritor, en medio del bullicio del Salón del Libro de Turín, fue abordado por Lorenzo Fazzini, director de la editorial vaticana, con una propuesta sin precedentes en dos milenios de historia de la Iglesia Católica. La invitación a adentrarse en el corazón mismo de la Santa Sede, a acompañar al Papa Francisco en su viaje a Mongolia, se entrelazó con la profunda fe de su madre, una mujer convencida de que tras la muerte se reencontraría con el padre del escritor. Esta promesa de un reencuentro más allá de la vida terrenal, resonaba con fuerza en el corazón de Cercas, creando una necesidad imperiosa de explorar la posibilidad de la resurrección.
Aceptó la propuesta con la única condición de poder conversar a solas con el Papa Francisco sobre este tema crucial, una conversación que buscaba respuestas a la promesa hecha a su madre. De este encuentro excepcional y del viaje a las lejanas tierras mongolas, nació "El loco de Dios en el fin del mundo", una obra monumental que trasciende las etiquetas convencionales de género literario. Con sus 488 páginas, la novela sin ficción se convierte en un híbrido que entrelaza ensayo, crónica, biografía y autobiografía. Es un viaje a través de la herencia católica, una exploración del Vaticano, un acercamiento a la figura enigmática del Papa Francisco y una introspección en las propias creencias del autor. Cercas se sumerge en la complejidad de la fe, cuestionando y reflexionando sobre sus propias convicciones, mientras construye una narrativa que integra diversos géneros y los trasciende para crear algo nuevo.
La elección de Cercas para esta empresa singular sigue siendo un misterio, un enigma que envuelve la génesis de la obra. Sin embargo, el autor confiesa haberse guiado por sus tres religiones: la verdad, el humor y la literatura. Esta última, como para muchos otros escritores, se convirtió en un refugio tras la pérdida de la fe. El narrador de la novela, una versión del propio Cercas, se define como "el loco sin Dios", alguien que ha experimentado la fe pero la ha perdido, y que vive en la nostalgia de lo divino, como Kafka, Bergman, Dante o Steiner.
Con la mirada limpia de prejuicios, Cercas se adentra en el Vaticano, un lugar cargado de historia y significado para cualquier persona criada en la tradición católica. El encuentro con el Papa Francisco supera las expectativas iniciales, extendiéndose más allá de los cinco minutos solicitados. La conversación, incluso grabada, permite al escritor abordar la inquietante pregunta que lo ha llevado hasta allí. La resurrección de la carne y la vida eterna, la promesa hecha a su madre, se convierte en el eje central de la novela. "El loco sin Dios" busca respuestas en "el loco de Dios", el Papa Francisco, en un diálogo que explora los misterios de la fe y la condición humana. El viaje a Mongolia y al Vaticano se transforma en un viaje interior, una búsqueda de sentido en un mundo donde la fe y la duda se entrelazan en una danza incesante.
Fuente: El Heraldo de México