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16 de julio de 2025 a las 09:45

La batalla cuesta arriba de la oposición

La Ciudad de México, ese crisol de culturas, ese corazón palpitante de la nación, se convirtió en el epicentro de un cambio sísmico en el panorama político mexicano. Las elecciones intermedias de 2021, aunque victoriosas para el movimiento de López Obrador a nivel nacional, dejaron una herida abierta en la capital: la pérdida de la joya de la corona, el bastión histórico de la izquierda. Un revés que resonó con la fuerza de un trueno en el tablero político y que encendió las alarmas en las filas de Morena.

Imaginen la escena: el mapa chilango, tradicionalmente teñido del rojo y amarillo de la izquierda, salpicado ahora con los colores del PAN, PRI y PRD. Una imagen que seguramente inquietó a más de uno en el partido guinda. La derrota, más allá de la pérdida de alcaldías, significó un golpe directo a las aspiraciones presidenciales de la entonces jefa de Gobierno. Mientras, figuras como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, agazapados en la sombra, veían en este tropiezo una oportunidad para impulsar sus propias ambiciones.

Del otro lado del espectro, la oposición capitalina celebraba con euforia. Nombres como Lía Limón, Sandra Cuevas, Mauricio Tabe y, sobre todo, Santiago Taboada, emergieron como nuevos estandartes de la derecha chilanga, inflados de optimismo y con la mirada puesta en el 2024. Se sentían los artífices de una victoria histórica, creyendo haber descifrado la fórmula para desbancar al gigante de Morena.

Pero el 2024 trajo consigo un giro inesperado. La historia, caprichosa como siempre, les tenía reservada una amarga lección. La derrota de Taboada, un candidato con potencial, demostró que las redes sociales, aunque un poderoso altavoz, no se traducen necesariamente en votos. La oposición, embriagada por el éxito efímero, había sobreestimado su fuerza y, lo que es peor, no supo contener a un personaje que les quedó demasiado grande.

Y así, como un fénix resurgiendo de las cenizas, Morena recuperó el control de la capital. Clara Brugada, con la firmeza que la caracteriza, tomó las riendas del gobierno. La mayoría en el Congreso volvió a manos del partido guinda y Claudia Sheinbaum, dejando atrás el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, se encaminó hacia Palacio Nacional.

Ahora, con la #Ruta2027 en el horizonte, la maquinaria morenista trabaja a toda máquina. La consigna es clara: conservar a toda costa el poder en la Ciudad de México. Están dispuestos a sacrificar otras entidades, pero no el corazón de la nación. La jefa de Gobierno, la presidenta de Morena, todo el movimiento, aventarán toda la carne al asador para lograr su objetivo.

Mientras tanto, en las alcaldías opositoras reina la incertidumbre. La falta de liderazgo y una brújula que marque el rumbo, contrasta con la disciplina férrea que Brugada exige a sus alcaldes. Y en medio de este escenario, César Cravioto Romero, al estilo de Martí Batres, teje su red política con la astucia de un estratega.

La batalla por la Ciudad de México en 2027 se vislumbra intensa. La oposición, con la herida del 2024 aún fresca, enfrenta una cuesta arriba. ¿Lograrán revertir la situación? El tiempo, implacable juez, dará la respuesta.

Y en otras noticias, un grande del cine mexicano se une a las filas de la élite intelectual del país. Alejandro González Iñárritu, el aclamado director ganador del Oscar, ingresa a El Colegio Nacional. "El Negro", como se le conoce en el ámbito cinematográfico, aportará su vasta experiencia y visión artística a esta prestigiosa institución. Muchos aún lo recuerdan en sus inicios como DJ y locutor en W-FM, compartiendo micrófonos con Martín Hernández. Hoy, su nombre se inscribe con letras de oro en la historia de la cultura mexicana.

Fuente: El Heraldo de México