La historia de Christian Lara y Roberto Ruiz, los rostros detrás de "Nosotros, ustedes y hechos", va más allá del periodismo. Su sólida relación, que comparten con discreción en redes sociales bajo el cariñoso apodo de "Los Ruiz Lara", esconde una profunda lucha por la paternidad. En una conmovedora entrevista en el podcast "Mamá con tenis", Christian abrió su corazón para compartir el largo y doloroso camino que recorrieron junto a Roberto para formar la familia que hoy tienen.

Nueve años de intentos, un carrusel de inseminaciones, consultas con especialistas y la desgarradora experiencia de perder la cuenta de los bebés que no llegaron a término. Imaginen la montaña rusa emocional, la esperanza que renace con cada nuevo tratamiento y la frustración que se instala ante cada revés. Christian relató cómo, a pesar de los exhaustivos estudios, ningún médico lograba darles un diagnóstico claro, un porqué a su dificultad para concebir. En ese laberinto de incertidumbre, Roberto, con una sabiduría admirable, les recordaba a los médicos que no se trataba simplemente de tener un bebé, sino de comprender la raíz del problema.

La voz de Christian se quebraba al recordar la infinidad de preguntas sin respuesta, la búsqueda incesante de una solución que parecía esquivarlos. Llegó un punto en el que la esperanza comenzó a flaquear, el cansancio emocional les pesaba y Roberto llegó a pensar que quizás era un designio divino el no tener más hijos. Sin embargo, el destino les tenía reservada una hermosa sorpresa. Contra todo pronóstico, lograron convertirse en padres, no una, sino tres veces, llenando sus vidas con la alegría y la responsabilidad que conlleva la crianza.

Hoy, Christian y Roberto comparten con orgullo fragmentos de su vida familiar en redes sociales, mostrando el amor que los une a sus tres hijos. Pero también son conscientes de la importancia de protegerlos, especialmente considerando la naturaleza de su profesión, que los expone a la crudeza de la realidad nacional. Christian confesó que la maternidad la ha vuelto más aprehensiva, que las noticias que involucran a niños le tocan fibras muy sensibles. Y es que, después de tanta lucha por tenerlos, el instinto protector se agudiza, la preocupación se multiplica por tres. Su historia es un testimonio de perseverancia, de amor inquebrantable y de la fuerza que nace en la adversidad. Una historia que nos recuerda que los sueños, por más difíciles que parezcan, a veces se cumplen de las maneras más inesperadas.