La prepotencia y la intolerancia, lamentablemente, parecen ser el pan de cada día en nuestras calles. Una vez más, las redes sociales nos muestran la cara amarga de la convivencia, recordándonos aquellos episodios virales que popularizaron el prefijo "Lady" para señalar actitudes de soberbia y desprecio. Esta vez, el desafortunado título recae sobre "Lady Tamales", una mujer que, en Guadalajara, protagonizó un altercado con una humilde vendedora de este platillo tradicional.

El video, difundido ampliamente en X (antes Twitter), muestra la escena con crudeza: una vendedora, grabando con su teléfono, intenta razonar con la conductora que, estacionada de manera incorrecta, le bloquea el paso. La tensión se palpa en el aire mientras la agresora, con una actitud altanera e impaciente, amenaza con tirar el puesto de tamales. La vendedora argumenta que esperó pacientemente a que la conductora maniobrara, pero sus palabras caen en oídos sordos. La agresora, con una prisa inexplicable, insiste en que la vendedora es quien debe moverse, llegando al extremo de jalar la nevera y volcar el precario sustento de la joven.

La indignación que genera el video no se limita solo al acto de violencia en sí, sino también a la falta de empatía y la prepotencia desbordada de la agresora. Un hombre intenta mediar, incluso ofreciéndose a mover el auto de la mujer, pero ella, enceguecida por su propia ira, se niega rotundamente, responsabilizando a la vendedora de su propia infracción. "No puedo salir, wey… no te metas, cab…" , escupe con desprecio, palabras que resuenan como un eco de la desigualdad y la injusticia que a menudo se viven en nuestras calles.

Tras el ataque, la agresora sube a su vehículo con una frialdad que hiela la sangre, dejando a la vendedora con su puesto destruido y la impotencia reflejada en el rostro. La joven, con la voz entrecortada, pide auxilio a los transeúntes, solicitando que llamen a la policía.

La viralización del video ha generado una ola de solidaridad con la vendedora. Usuarios de redes sociales han iniciado una campaña para identificar a "Lady Tamales", compartiendo la grabación y pidiendo que se haga justicia. Se ha difundido la descripción de la agresora: cabello teñido de amarillo, residente de Guadalajara. La indignación colectiva se traduce en una búsqueda incansable, una muestra de que la sociedad no tolera la injusticia y la prepotencia. ¿Será que esta vez la justicia alcanzará a “Lady Tamales”? ¿Será que este incidente servirá para reflexionar sobre la importancia del respeto y la empatía en nuestra convivencia diaria? El tiempo lo dirá. Mientras tanto, la imagen de la vendedora con su puesto destruido persiste como un recordatorio de la fragilidad de la vida y la necesidad de construir una sociedad más justa y solidaria.