
16 de julio de 2025 a las 19:20
Director recibe entierro simbólico de pluma
La violencia irrumpió de forma inesperada en la Escuela Primaria número 8 del Distrito Escolar 4 ‘Carlos Della Penna’, en Buenos Aires, Argentina, dejando una estela de conmoción e incredulidad. Lo que comenzó como una reunión administrativa entre el director, la secretaria y la madre y abuela de un alumno, terminó en un violento ataque que envió a tres miembros del personal escolar al hospital.
El director, Luis Feigelman, la secretaria María Buraster y el auxiliar Sixto Martínez, jamás imaginaron que una conversación rutinaria con la familia de un estudiante derivaría en un escenario de tal magnitud. Según testigos presenciales, la tensión se fue incrementando paulatinamente durante la reunión, hasta que la madre del menor, en un arranque de ira, extrajo un bolígrafo y lo clavó en el brazo del director Feigelman.
La situación se tornó aún más caótica cuando la abuela del alumno se unió al ataque, propinando golpes a la secretaria Buraster. El auxiliar Martínez, al intentar intervenir para detener la agresión, también recibió golpes por parte de ambas mujeres. La escena, presenciada por otros miembros del personal y posiblemente alumnos, dejó una profunda huella en la comunidad educativa.
El saldo del violento episodio fue el traslado de emergencia de las tres víctimas al hospital. El director Feigelman sufrió un corte en el hombro izquierdo, la secretaria Buraster un traumatismo de cráneo y el auxiliar Martínez una fractura en el pulgar izquierdo. Las heridas, aunque no ponen en peligro sus vidas, son un crudo recordatorio de la vulnerabilidad del personal docente y la necesidad de implementar medidas para garantizar su seguridad.
Las agresoras, madre y abuela del alumno, fueron detenidas y puestas a disposición de las autoridades competentes. Trascendió que la madre cuenta con antecedentes por conductas violentas y que este no ha sido el primer incidente que protagoniza en la escuela. Este dato abre interrogantes sobre las medidas preventivas que se habían tomado, o no, con anterioridad para evitar situaciones similares.
El incidente ha generado un profundo debate en la comunidad educativa sobre la seguridad en las escuelas y la necesidad de protocolos más efectivos para la gestión de conflictos. Muchos se preguntan cómo es posible que una situación aparentemente trivial escale a tal nivel de violencia. ¿Faltaron mecanismos de mediación? ¿Se subestimaron las señales de alerta? Estas son algunas de las preguntas que resuenan en el seno de la comunidad educativa.
La Escuela Primaria número 8 se enfrenta ahora al desafío de reconstruir la confianza y la seguridad tras este lamentable suceso. Se espera que las autoridades educativas implementen medidas concretas para prevenir futuros incidentes y brindar apoyo psicológico tanto al personal afectado como a los alumnos que presenciaron el ataque. La violencia en las escuelas no es un problema aislado, y este caso sirve como un llamado urgente a la reflexión y a la acción para construir entornos educativos más seguros y pacíficos.
Fuente: El Heraldo de México