
16 de julio de 2025 a las 09:20
Desata el misterio: Aranceles, crimen y castigo
La sombra del narcotráfico se extiende amenazante sobre América del Norte, convirtiéndose en el epicentro de una tensa disputa entre México y Estados Unidos. La imposición de aranceles del 30% a las exportaciones mexicanas, anunciada por Donald Trump, ha desatado una tormenta de incertidumbre y preocupación en ambos lados de la frontera. La contundente misiva del expresidente estadounidense, que acusa a México de no frenar el avance de los cárteles, deja al descubierto la fragilidad de las relaciones bilaterales y la complejidad de un problema que trasciende lo meramente económico.
El regreso con las manos vacías de los representantes mexicanos, Marcelo Ebrard y Juan Ramón de la Fuente, traslada la frustración a un escenario público donde la falta de concreción en las negociaciones se hace palpable. El análisis de Enrique de la Madrid añade una capa de inquietud al cuestionar las verdaderas intenciones detrás de las exigencias estadounidenses. ¿Se trata realmente de combatir el narcotráfico o existen motivaciones ocultas, como la extradición de funcionarios mexicanos vinculados con Morena? La sospecha se instala, alimentando la incertidumbre y la desconfianza.
El fentanilo y sus precursores químicos se erigen como el principal foco de atención, pero no son la única pieza en este complejo rompecabezas. El tráfico de otras drogas, el robo de combustibles, el huachicol fiscal y el lavado de dinero a través de remesas dibujan un panorama sombrío donde el crimen organizado teje una red de negocios ilícitos que atraviesa fronteras. Las investigaciones contra instituciones financieras como CIBanco, Intercam y Vector, sancionadas por operaciones relacionadas con el tráfico de fentanilo y recursos de procedencia ilícita, confirman la magnitud del desafío.
La amenaza arancelaria no solo golpea la economía mexicana, sino que también genera un clima de incertidumbre que paraliza a los inversionistas. La falta de claridad sobre el alcance de las medidas, si se aplicarán a todas las exportaciones o solo a las que no se realizan bajo el T-MEC, y si serán adicionales a los aranceles ya existentes para productos como el acero y el aluminio, acrecienta la inquietud. El caso del jitomate, con un arancel del 17.09%, sirve como ejemplo de la gravedad de la situación, afectando a una industria que genera miles de empleos y millones de dólares para la economía mexicana, impactando incluso las exportaciones a Canadá.
La falta de respeto hacia el equipo negociador mexicano, evidenciada en la forma en que se han llevado a cabo las negociaciones, se suma a la complejidad del escenario. ¿Cómo podrá México enfrentar este desafío si no cuenta con la consideración de su contraparte? La pregunta queda flotando en el aire, mientras la sombra del narcotráfico y la amenaza de una guerra comercial se ciernen sobre el futuro de las relaciones entre México y Estados Unidos. La incertidumbre es el pan de cada día y la necesidad de una solución efectiva se vuelve cada vez más urgente. El tiempo corre y la presión aumenta, mientras ambos países se enfrentan a un dilema que exige diálogo, cooperación y una firme voluntad política para encontrar un camino que beneficie a ambas naciones.
Fuente: El Heraldo de México