
16 de julio de 2025 a las 18:30
Decomiso histórico de cocaína en Oaxaca
El implacable brazo de la ley se extiende sobre las aguas mexicanas. Una vez más, la coordinación interinstitucional ha dado un golpe contundente al narcotráfico en las costas de Oaxaca. Imaginen la escena: el sol implacable del Pacífico mexicano, el inmenso azul del Golfo de Tehuantepec, y en medio de esa aparente tranquilidad, una embarcación sospechosa surca las olas. A lo lejos, las aeronaves de la Armada de México, como vigilantes incansables, la siguen de cerca, sus alas metálicas cortando el aire salino. La tensión se palpa en el ambiente.
No es una embarcación cualquiera. En su interior, oculta bajo lonas y entre las sombras, se esconde un tesoro maldito: casi 560 kilos de cocaína, un veneno blanco que busca envenenar las calles de nuestro país y más allá. Casi 685 litros de combustible alimentaban el motor de esta nave dedicada a la ilegalidad, buscando burlar la justicia y esparcir su carga mortal.
La pericia y el entrenamiento de la Secretaría de Marina, en conjunto con la Secretaría de la Defensa Nacional, la Fiscalía General de la República, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, se conjugaron para tejer una red invisible alrededor de los delincuentes. La embarcación fue interceptada, el abordaje se ejecutó con precisión quirúrgica. Los cuatro tripulantes, sorprendidos en flagrancia, no pudieron acreditar su identidad ni la legalidad de su presencia en aguas mexicanas. El nerviosismo los delataba, sus miradas evasivas confirmaban las sospechas.
La inspección reveló la verdad oculta: catorce bultos envueltos en plástico negro, como siniestros presagios de la desgracia que contenían. La cocaína, dispuesta para su distribución, quedó al descubierto, un testimonio mudo de la ambición desmedida que alimenta el crimen organizado.
Más allá del decomiso, esta operación representa mucho más que una simple victoria táctica. Es un símbolo de la lucha constante contra el narcotráfico, una batalla que se libra día a día en mar, aire y tierra. Es un mensaje claro para quienes intentan vulnerar la seguridad nacional: la justicia no descansa, la vigilancia es permanente, y el peso de la ley caerá sobre aquellos que se atrevan a desafiarla.
Con este decomiso, ya son más de 45 toneladas de cocaína aseguradas en lo que va de la presente administración. Una cifra impactante que refleja el compromiso inquebrantable del gobierno mexicano en la erradicación de este flagelo. Pero más allá de las estadísticas, detrás de cada kilo de droga incautada hay vidas salvadas, familias protegidas y comunidades resguardadas del yugo del narcotráfico. Es una inversión en la paz y la tranquilidad de México.
La lucha continúa. La Armada de México, junto con las demás instituciones del Gabinete de Seguridad, mantienen su firme compromiso de proteger nuestras costas, de combatir el crimen organizado y de garantizar el Estado de Derecho en cada rincón del territorio nacional. Esta operación en el Golfo de Tehuantepec es un recordatorio de que la batalla no ha terminado, pero también es una muestra fehaciente de que estamos en el camino correcto, avanzando con paso firme hacia un México más seguro y en paz. El mar, testigo silencioso de esta victoria, refleja la esperanza de un futuro libre del flagelo de las drogas.
Fuente: El Heraldo de México