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17 de julio de 2025 a las 01:30

Cúrcuma: ¿Remedio o Riesgo?

La historia de Katie Mohan sirve como una llamada de atención sobre los riesgos ocultos tras la creciente popularidad de los suplementos alimenticios. Si bien la cúrcuma, con su vibrante color dorado y su arraigo en la medicina tradicional, se presenta como un remedio natural para diversas dolencias, el caso de Mohan nos recuerda que "natural" no siempre es sinónimo de "seguro". La facilidad con la que accedemos a información, en ocasiones sin el debido rigor científico, a través de plataformas como Instagram, puede llevarnos a tomar decisiones que ponen en riesgo nuestra salud. Es crucial recordar que las recomendaciones médicas personalizadas deben provenir de profesionales de la salud cualificados y no de influencers o figuras públicas sin la formación adecuada.

El testimonio de Mohan, marcado por la fatiga, las náuseas y el inconfundible color oscuro de la orina, ilustra la importancia de prestar atención a las señales que nos envía nuestro cuerpo. Muchas veces, atribuimos estos síntomas al estrés o a dolencias menores, posponiendo la visita al médico. Sin embargo, la rápida actuación de Mohan, motivada por un artículo que leyó sobre los peligros de los suplementos herbales, fue crucial para evitar consecuencias aún más graves. Su decisión de acudir a emergencias, aunque en ese momento quizás pareciera exagerada, le salvó la vida.

El doctor Pyrsopoulos, al calificar el caso de Mohan como crítico, subraya la gravedad del daño hepático que sufrió. Sus palabras, “estuvo muy cerca de una insuficiencia hepática completa”, resuenan como una advertencia sobre las posibles consecuencias del consumo desmedido de cúrcuma. La necesidad de un trasplante de hígado, una intervención quirúrgica compleja y con un largo proceso de recuperación, se vislumbraba como una posibilidad real si la condición de Mohan hubiera continuado deteriorándose. Este detalle pone en perspectiva la importancia de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado.

Más allá del caso particular de Katie Mohan, es fundamental comprender que la cúrcuma, a pesar de sus beneficios potenciales, no está exenta de riesgos. Si bien se promociona como un antiinflamatorio natural, su consumo en dosis elevadas puede desencadenar una serie de complicaciones. La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de no superar una dosis diaria de 0 a 3 miligramos de cúrcuma por kilogramo de peso corporal, proporciona una guía clara para un consumo responsable. Sin embargo, la automedicación y la falta de supervisión médica pueden llevar a exceder estas recomendaciones, poniendo en peligro nuestra salud.

Es necesario desmitificar la idea de que los productos naturales son inofensivos. La naturaleza nos ofrece una amplia gama de recursos para cuidar nuestra salud, pero es fundamental utilizarlos con responsabilidad y conocimiento. La consulta con un profesional de la salud es imprescindible antes de incorporar cualquier suplemento a nuestra dieta, especialmente si padecemos alguna enfermedad preexistente o estamos tomando otros medicamentos. Informarse adecuadamente, contrastar la información y priorizar las fuentes confiables son claves para proteger nuestra salud y evitar situaciones como la que vivió Katie Mohan. La prudencia y el sentido común deben ser nuestros aliados a la hora de navegar por el complejo mundo de los suplementos alimenticios.

Fuente: El Heraldo de México