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16 de julio de 2025 a las 09:30
BRICS: El Futuro es 2025
El mundo observa con atención el audaz desafío que los BRICS lanzan al orden económico global establecido. La XVII Cumbre celebrada en Río de Janeiro no fue un encuentro más; fue una declaración de intenciones, un grito de independencia frente a la hegemonía del dólar y el peso omnipresente del G7. La imagen del presidente Lula da Silva instando a un mundo multipolar, resonó con fuerza en un escenario internacional ávido de nuevas alternativas. No es casualidad que la asistencia haya desbordado las expectativas, con nuevos miembros y países invitados que ven en los BRICS una oportunidad para un futuro más equitativo.
La incorporación de naciones como Bielorrusia, Indonesia, Kazajistán, Cuba, Malasia, Tailandia, Uganda y Uzbekistán, demuestra el creciente atractivo de este bloque. La presencia de líderes latinoamericanos, incluyendo al canciller mexicano, confirma el interés de la región por diversificar sus alianzas y explorar nuevas vías de desarrollo. La bienvenida a Colombia como nuevo socio del Banco de Desarrollo de los BRICS, de la mano de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff, refuerza aún más la consolidación de este ambicioso proyecto.
Sin embargo, el camino hacia un nuevo orden económico no está exento de obstáculos. La reacción del expresidente Trump, amenazando con aranceles a quienes apoyen a los BRICS, revela la resistencia de las potencias tradicionales a ceder su dominio. Este tipo de medidas proteccionistas, lejos de promover un comercio justo, buscan sofocar cualquier intento de diversificación y mantener el statu quo. La respuesta firme de Brasil, dispuesta a contrarrestar cualquier medida arancelaria, demuestra la determinación de los BRICS de defender sus intereses y construir un futuro económico más equilibrado.
La tensión entre los BRICS y el antiguo orden económico se intensifica. Las amenazas arancelarias de Trump, no solo dirigidas a los BRICS, sino también a países como México y Rusia, evidencian una estrategia de presión para mantener el control del comercio global. Estas acciones unilaterales, que contradicen las normas de la Organización Mundial del Comercio, generan incertidumbre y amenazan con desestabilizar la economía mundial.
La cumbre de los BRICS ha dejado claro que el mundo está cambiando. La búsqueda de un sistema multipolar, donde la cooperación y el respeto mutuo sean la norma, es una aspiración legítima de las naciones emergentes. El camino será largo y complejo, lleno de desafíos y presiones, pero la determinación de los BRICS y sus aliados es un signo de que un nuevo orden económico es posible. La pregunta es, ¿será el mundo capaz de abrazar este cambio y construir un futuro más justo para todos?
La inclusión de la ciencia, la tecnología y la innovación en la agenda de la cumbre, junto con la lucha contra la corrupción, el narcotráfico y la cooperación en salud, demuestra que los BRICS no solo se enfocan en la economía, sino también en el desarrollo integral de sus miembros. Este enfoque holístico es clave para construir un futuro sostenible y próspero para las naciones emergentes y para el mundo en general. El crecimiento de los BRICS no es solo una cuestión económica, sino también una transformación geopolítica que redefine el equilibrio de poder global. El futuro del comercio mundial se encuentra en un punto de inflexión, y el resultado de esta pugna entre el viejo y el nuevo orden definirá el rumbo de la economía global en las próximas décadas.
Fuente: El Heraldo de México