
16 de julio de 2025 a las 09:25
Asier Polo y la Sinfónica: ¡Regreso Triunfal a México!
La Sala Nezahualcóyotl vibró una vez más con la magia del violonchelo gracias al regreso del aclamado músico español Asier Polo. No fue una simple interpretación, sino una profunda conversación emocional entre el artista, su instrumento y el público, a través del Concierto para violonchelo en si menor, Op. 104 de Antonín Dvorák. La Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la experta dirección de Carlos Miguel Prieto, fue el lienzo perfecto para que los colores sonoros de Polo se desplegaran en toda su magnitud durante la Temporada de Verano 2025.
Más allá del virtuosismo técnico, que por supuesto deslumbró a los asistentes, fue la carga emotiva que emanaba de cada nota lo que realmente cautivó. Como el propio Polo describió antes del concierto, esta obra, pilar del repertorio romántico para violonchelo, es un torrente de emociones contenidas en un exigente marco técnico. No se trata solo de tocar las notas correctas, sino de encarnar el espíritu heroico y la voz bellísima del violonchelo, transmitiendo confianza, expresividad y una profundidad que resonó en cada rincón de la sala.
Para Polo, cada encuentro con este concierto de Dvorák es un nuevo desafío, una oportunidad para explorar las profundidades de su propia sensibilidad y llevar al límite sus capacidades, tanto físicas como emocionales. Y qué mejor escenario para este viaje introspectivo que la Sala Nezahualcóyotl, un espacio que ha sido testigo de innumerables momentos de comunión artística.
Esta no es la primera vez que Asier Polo comparte su talento con la Orquesta Sinfónica de Minería. De hecho, esta colaboración se extiende a lo largo de los años, cimentando una relación de respeto, afecto y una profunda afinidad artística. El músico español se siente como en casa al tocar con la OSM, rodeado de amigos y colegas que lo aprecian, un ambiente de confianza que le permite desplegar todo su potencial artístico.
El público mexicano, según Polo, es una fuente inagotable de inspiración. Su entusiasmo desbordante, sus aplausos, gritos y silbidos, crean una atmósfera electrizante que, en palabras del propio violonchelista, se asemeja a un concierto de Michael Jackson. Un fervor que, lamentablemente, se ha ido perdiendo en algunos escenarios europeos.
Asier Polo no busca la originalidad a toda costa, pero su personalidad, su forma única de entender e interpretar la música, se filtra inevitablemente en cada nota. Es un equilibrio delicado entre la fidelidad al texto musical y la libertad interpretativa, un diálogo constante entre la tradición y la voz propia del artista.
Su labor como pedagogo es otra faceta fundamental en la vida de Polo. Para él, la formación de un músico debe ir más allá de la técnica. Se trata de forjar artistas integrales, artesanos del instrumento capaces de desarrollar su propia voz, de transmitir un mensaje verdadero a través de la música.
Con una trayectoria de casi cuatro décadas, Asier Polo no se percibe a sí mismo como alguien que ha alcanzado una meta, sino como un viajero que disfruta del camino. La complejidad del arte sigue sorprendiéndolo, pero la ansiedad de los primeros años ha dado paso a la calma y la serenidad. Ahora elige sus proyectos con la sabiduría que otorga la experiencia, guiado por la ilusión y la pasión.
El arte, la belleza, son el motor de su vida, la fuerza que lo impulsa a seguir explorando, a seguir creciendo. Para Asier Polo, el arte tiene el poder de transformarnos, de hacernos más sensibles, más empáticos, mejores seres humanos. Y en esa transformación, en ese constante diálogo con la belleza, encuentra el verdadero sentido de su existencia.
Fuente: El Heraldo de México