La creciente ola de violencia en la Ciudad de México ha vuelto a teñir de rojo las calles de la capital. En una jornada marcada por la tragedia, dos hombres perdieron la vida en ataques armados perpetrados con una escalofriante similitud. La sombra de la impunidad se cierne sobre ambos casos, dejando a las familias de las víctimas sumidas en el dolor y la incertidumbre.

El primer incidente, ocurrido en pleno corazón de la ciudad, junto a la emblemática Plaza Garibaldi, nos recuerda la fragilidad de la vida en medio del bullicio urbano. Un joven, con apenas entre 21 y 25 años, se convirtió en una víctima más de la violencia sin sentido. A plena luz del día, mientras transitaba por el Eje Central Lázaro Cárdenas a bordo de su automóvil blanco, fue alcanzado por las balas de un desconocido que se desplazaba en una motocicleta negra. La escena, digna de una película de suspenso, fue presenciada por varios testigos que aún conmocionados, describen la frialdad del agresor, vestido completamente de negro, quien tras disparar en repetidas ocasiones, se desvaneció en el tráfico de la avenida. La rápida respuesta de los paramédicos del ERUM lamentablemente no fue suficiente para salvar la vida del joven, cuya identidad aún no ha sido revelada.

A pocos kilómetros de distancia, y con una inquietante similitud en el modus operandi, otro hombre de 42 años corrió la misma suerte. En la alcaldía Venustiano Carranza, sobre Eje 2 Norte Canal del Norte, el conductor de un vehículo azul fue acribillado por dos sujetos a bordo de una motocicleta negra. Al igual que en el primer caso, los agresores, vestidos de negro, abrieron fuego contra su víctima para luego huir sin dejar rastro. Los servicios de emergencia de la Cruz Roja del Estado de México confirmaron el deceso del hombre, cuyo cuerpo quedó inerte dentro de su automóvil.

La coincidencia en el tipo de vehículo utilizado por los agresores, la vestimenta negra y la aparente falta de un móvil claro en ambos ataques, ha generado una profunda inquietud entre los ciudadanos y ha puesto en alerta a las autoridades. ¿Se trata de una ola de ajustes de cuentas? ¿De actos de violencia aleatoria? ¿O quizás de una nueva modalidad de crimen organizado que opera en la ciudad? Estas son las preguntas que resuenan en las calles y que exigen una respuesta inmediata por parte de las autoridades.

Mientras tanto, la investigación continúa en ambos casos. Los peritos trabajan arduamente en la recolección de evidencias y el análisis de las cámaras de seguridad de la zona, con la esperanza de encontrar alguna pista que conduzca a la identificación y captura de los responsables. La ciudadanía, por su parte, clama por justicia y por un reforzamiento de las medidas de seguridad que permitan recuperar la tranquilidad en las calles de la capital. La violencia no puede ser la norma, y es responsabilidad de todos trabajar juntos para construir una ciudad más segura y pacífica.