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16 de julio de 2025 a las 21:05
¡Alerta! Visas USA: Países vetados
La odisea de obtener una visa estadounidense se ha intensificado notablemente en los últimos años. Lo que antes era un proceso, si bien burocrático, relativamente accesible para muchos, se ha transformado en un verdadero desafío, una carrera de obstáculos llena de incertidumbre, especialmente para ciudadanos de ciertos países. Las políticas migratorias implementadas durante la administración Trump, con la justificación de la seguridad nacional, han erigido barreras significativas para quienes sueñan con pisar suelo estadounidense.
La proclamación presidencial que restringe la entrada de ciudadanos de varios países, considerados "de riesgo", ha generado un impacto profundo. Para algunos, la posibilidad de obtener una visa, ya sea de migrante o no migrante, se ha desvanecido casi por completo. Naciones como Irán, Corea del Norte, Siria, Libia, Yemen, Somalia, Venezuela y Eritrea, se encuentran en esta lista, confinando a sus ciudadanos a un limbo migratorio. Las excepciones son escasas, limitadas a casos muy específicos: diplomáticos, funcionarios, familiares directos de ciudadanos estadounidenses, casos de adopción o personas perseguidas por motivos religiosos o étnicos en Irán. Una realidad que separa familias, trunca sueños y limita las posibilidades de desarrollo personal y profesional para miles de personas.
Más allá de la prohibición total, existen otras restricciones, parciales pero igualmente limitantes. Países como Burundi, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Venezuela, se enfrentan a la imposibilidad de obtener visas de no inmigrante, las conocidas B-1 y B-2 para negocios, turismo o tratamientos médicos. También se ven afectadas las visas de estudiante y de intercambio (F, M y J). Aunque se contemplan excepciones, como en el caso de familiares directos de ciudadanos estadounidenses o adopciones, la incertidumbre y la complejidad del proceso desalientan a muchos.
El impacto económico también es un factor a considerar. La "One Big Beautiful Bill Act", firmada en julio, impone un nuevo impuesto migratorio de 250 dólares para los solicitantes de visas de no inmigrante. Esto significa que el costo total de una visa B-1/B-2, por ejemplo, se eleva a 435 dólares, una cifra considerable que dificulta aún más el acceso para personas de recursos limitados. El incremento, previsto para 2026, representa un obstáculo adicional para quienes aspiran a viajar a Estados Unidos por turismo, estudios, trabajo o intercambio cultural.
En resumen, el panorama migratorio hacia Estados Unidos se ha vuelto significativamente más complejo y restrictivo. Las políticas implementadas en los últimos años han creado un escenario desafiante para quienes buscan obtener una visa, con barreras que van desde la prohibición total hasta el aumento de costos. Un contexto que plantea interrogantes sobre el futuro de la movilidad internacional y el acceso a las oportunidades que ofrece Estados Unidos. La incertidumbre persiste y la esperanza de un proceso más accesible se mantiene latente para miles de personas alrededor del mundo.
Fuente: El Heraldo de México