
15 de julio de 2025 a las 09:40
Wixárika: ¿Vale la pena el viaje?
La ancestral Ruta Wixárika, un camino sagrado que serpentea a través de cinco estados de la República Mexicana –Nayarit, Durango, Jalisco, Zacatecas y San Luis Potosí–, se encuentra en la antesala de un posible reconocimiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Este hito, sin duda, representaría un triunfo para la preservación de la cultura wixárika, también conocida como huichol, y su invaluable legado espiritual. Sin embargo, como toda moneda, esta tiene dos caras, y es crucial analizar con detenimiento tanto los beneficios como los riesgos que conlleva esta distinción.
Por un lado, la inclusión de la Ruta Wixárika en la lista de Patrimonios de la Humanidad supondría un espaldarazo a la protección de este tesoro cultural. Imaginen el impacto: un marco legal robusto que blinde el territorio contra la voracidad de la minería o el desarrollo urbano descontrolado, asegurando la pervivencia de un ecosistema único, tanto natural como espiritual. Este reconocimiento internacional amplificaría la voz de las comunidades wixárikas, atrayendo la atención global sobre sus problemáticas y la riqueza de sus tradiciones. No solo eso, sino que también impulsaría el turismo responsable y sostenible, una fuente de ingresos vital para estas comunidades, siempre y cuando se gestione con respeto y sabiduría. La investigación académica también se vería beneficiada, con un renovado interés por la cosmovisión wixárika, sus rituales y su profunda conexión con la naturaleza. Pensar en el caudal de conocimiento antropológico, cultural e histórico que podría generarse es verdaderamente emocionante.
Pero no podemos obviar los posibles efectos adversos. La sombra de la comercialización excesiva se cierne sobre la cultura wixárika. El turismo, si no se regula adecuadamente, podría transformar las tradiciones sagradas en un mero espectáculo para el consumo masivo, vaciándolas de su significado original. Este riesgo es latente y exige una planificación meticulosa que priorice el respeto por la identidad cultural. Asimismo, la llegada de recursos económicos podría generar tensiones internas en las comunidades, disputas sobre la gestión del patrimonio y la distribución de los beneficios. Es fundamental fomentar el diálogo y la cooperación para evitar fracturas sociales. Otro peligro acecha desde fuera: la explotación por parte de empresas externas que, bajo el pretexto del desarrollo económico o el turismo, buscan apropiarse de los recursos naturales asociados a la Ruta. La vigilancia constante y la firmeza en la defensa del territorio son imprescindibles para contrarrestar estas amenazas. Finalmente, existe el riesgo de la dependencia económica del turismo. Si las comunidades wixárikas depositan todas sus esperanzas en esta única fuente de ingresos, se vuelven vulnerables a las fluctuaciones del mercado y a las crisis externas. Es crucial diversificar las actividades económicas y asegurar la sostenibilidad a largo plazo.
La posible designación de la Ruta Wixárika como Patrimonio de la Humanidad es una oportunidad invaluable para preservar un legado ancestral. Sin embargo, es imperativo abordar los riesgos con responsabilidad y visión de futuro. El éxito de esta iniciativa reside en el equilibrio entre la protección del patrimonio cultural y el bienestar de las comunidades wixárikas, garantizando que este reconocimiento sea una fuente de progreso y no una amenaza para su identidad y su entorno. El trabajo conjunto entre las autoridades, las organizaciones civiles, los expertos y, sobre todo, las propias comunidades wixárikas será clave para trazar un camino que honre el pasado y asegure un futuro digno para las generaciones venideras. La felicitación a las instituciones involucradas, como la Secretaría de Cultura, el Consejo Regional Wixárika, el INAH, Conservación Humana, Xapawiyemeta A.C. y la UNESCO, expresada por figuras políticas como el Arq. Juan Carlos Machinena Morales, refleja la importancia de este proceso y la necesidad de un compromiso conjunto para alcanzar un objetivo común: la protección y la valorización de la Ruta Wixárika, un tesoro cultural de México para el mundo.
Fuente: El Heraldo de México