La indignación recorre las redes sociales tras la difusión de un par de videos que muestran la violenta agresión de una mujer, identificada como Elizabeth Patricia “N”, contra personal de seguridad de un edificio ubicado en la colonia Narvarte, alcaldía Benito Juárez. El altercado, originado por quejas de vecinos debido al alto volumen de la música proveniente del departamento de la agresora, escaló rápidamente a un vergonzoso espectáculo de insultos, escupitajos y agresiones físicas.

Según testimonios y las imágenes captadas, la mujer, quien afirma ser de origen peruano pero residir en México desde hace más de tres décadas, reaccionó con furia ante la solicitud de los guardias de seguridad de bajar el volumen. No solo desoyó la petición, sino que arremetió verbalmente contra una de las guardias, profiriendo insultos y escupiéndola en repetidas ocasiones. La situación se agravó cuando la empleada le recordó un adeudo pendiente por concepto de mantenimiento, lo que desató una nueva ola de insultos por parte de la agresora.

En los videos, difundidos por el periodista Carlos Jiménez, se escucha a Elizabeth Patricia “N” jactarse de su supuesta riqueza y origen peruano, argumentando con una perturbadora naturalidad que su comportamiento es “normal en México”. Esta declaración ha avivado aún más la indignación entre los usuarios de redes sociales, quienes exigen justicia y condenan la impunidad. La presunción de la agresora no solo minimiza la gravedad de sus acciones, sino que también proyecta una imagen distorsionada y ofensiva de la sociedad mexicana.

La agresión verbal pronto se transformó en física. Elizabeth Patricia “N” golpeó repetidamente a la guardia de seguridad, incluso jalándole del cabello, causándole lesiones que quedaron documentadas. Estas imágenes, de una violencia brutal e injustificada, han generado una ola de repudio y solidaridad con la víctima.

Ante la gravedad de los hechos, los empleados del edificio presentaron una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México. Sin embargo, hasta el momento, las autoridades capitalinas no han emitido ningún pronunciamiento oficial sobre el caso. Esta aparente falta de respuesta alimenta la preocupación ciudadana sobre la creciente ola de violencia e impunidad en la capital del país. La ciudadanía exige una investigación exhaustiva y un castigo ejemplar para la agresora, así como medidas para proteger a los trabajadores que, como la guardia de seguridad agredida, se enfrentan a situaciones de riesgo en el cumplimiento de su deber.

La pregunta que queda en el aire es: ¿cuánto tiempo más tendremos que esperar para que las autoridades tomen cartas en el asunto y garanticen la seguridad y la justicia para todos? Este caso no puede quedar impune, debe servir como un llamado de atención para fortalecer las medidas de seguridad y promover una cultura de respeto y convivencia pacífica. La sociedad mexicana no puede tolerar más actos de violencia como este.