Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Feminicidio

15 de julio de 2025 a las 22:00

Justicia para Maricela, estudiante zapoteca

La indignación recorre las calles de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca. El eco de la tragedia resuena en cada paso, en cada pancarta, en cada grito desgarrador que exige justicia para Maricela Aquino Aquino, la joven estudiante de 18 años cuyo futuro fue brutalmente arrebatado. Álvaro Obregón, su comunidad, se ha vestido de luto y dolor, un dolor que se transforma en fuerza y determinación para que su caso no quede impune.

La marcha, una serpiente humana de rostros compungidos pero firmes, avanza desde Juchitán hasta el Centro Regional de Justicia en el Espinal. Globos blancos, símbolos de la pureza perdida, se elevan al cielo como un clamor silencioso. Las pancartas, portadas con manos temblorosas pero resueltas, muestran el rostro de Maricela, una sonrisa congelada en el tiempo, un recordatorio constante de la vida que le fue arrebatada. "Justicia para Maricela", "Ni una más", "No al feminicidio", son las frases que se repiten, convirtiéndose en un mantra de lucha y resistencia.

La detención del presunto responsable, anunciada por la Fiscalía General del Estado de Oaxaca (FGEO), no calma la sed de justicia. La comunidad exige la máxima pena, un castigo ejemplar que refleje la gravedad del crimen y que sirva como disuasivo para futuros agresores. El miedo se mezcla con la rabia, la incertidumbre con la esperanza. "No queremos que quede libre", "Que pague por lo que hizo", se escucha entre los manifestantes, voces cargadas de dolor y frustración.

El Grupo de Mujeres 8 de Marzo, un bastión en la defensa de los derechos de las mujeres en la región, se ha unido a la causa. Su presencia, un símbolo de sororidad y apoyo, amplifica la voz de la comunidad de Álvaro Obregón. Natalia Sicarú Torres Gonzáles, integrante del colectivo, exige a las autoridades que el crimen sea tipificado como feminicidio, un reconocimiento de la violencia de género que subyace a este acto atroz. "No basta con la detención", declara con vehemencia, "es necesario que se aplique todo el peso de la ley para que este tipo de tragedias no se repitan".

La lucha por la justicia para Maricela es también una lucha por todas las mujeres que han sido víctimas de la violencia machista. Es un grito desesperado que busca romper el silencio y la impunidad. Es un llamado a la sociedad, a las autoridades, a la conciencia colectiva, para que se implementen medidas efectivas que protejan la vida y la integridad de las mujeres. La memoria de Maricela se convierte en una bandera, un símbolo de la lucha contra el feminicidio, un recordatorio constante de que la justicia no puede esperar. La comunidad de Álvaro Obregón, con el apoyo de colectivos feministas y la solidaridad de la sociedad, continuará su lucha hasta que se haga justicia. El camino es largo y difícil, pero la determinación es inquebrantable. La voz de Maricela, silenciada por la violencia, resuena ahora en las calles, exigiendo justicia y un futuro libre de violencia para todas las mujeres.

Fuente: El Heraldo de México