El romance entre Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito", es una historia que ha cautivado y generado controversia por décadas. Mucho se ha dicho sobre cómo la chispa del amor se encendió durante una gira por Latinoamérica, transformando para siempre el panorama de la farándula mexicana. Sin embargo, hay un capítulo previo a esta historia de amor que añade una capa de complejidad y que pocos conocen: la relación de Florinda Meza con Graciela Fernández, la entonces esposa de Chespirito.

Más allá de la narrativa comúnmente conocida, existe un trasfondo de amistad e incluso protección de Florinda hacia Graciela. En una época en la que la fama de Chespirito crecía a pasos agigantados, Florinda, lejos de ser la figura antagonista que algunos imaginan, se erigía como una confidente y consejera para Graciela. La propia Florinda ha relatado cómo, al ser testigo de las infidelidades de Roberto Gómez Bolaños, no dudaba en reprenderlo, recordándole la hermosa familia que tenía y lo afortunado que era de tener a Graciela a su lado. Estas intervenciones, lejos de ser motivadas por celos o malicia, se originaban en una genuina preocupación por el bienestar de Graciela, a quien consideraba una gran mujer.

Imaginen la escena: Florinda Meza, una joven actriz en ascenso, presenciando las andanzas de un Chespirito en la cima de su carrera. En lugar de aprovechar la situación para acercarse a él, optaba por defender a la esposa, aún a riesgo de poner en peligro su propia posición. Esta actitud revela una faceta poco explorada de Florinda, una mujer con un fuerte sentido de la justicia y la lealtad.

Las anécdotas que Florinda ha compartido a lo largo de los años pintan un cuadro más completo de la situación. Recordemos el incidente en Venezuela, donde sorprendió a Chespirito en una situación comprometedora con una empleada del hotel. Su reacción, lejos de ser pasiva, fue confrontarlo directamente, recriminándole su falta de discreción y la falta de respeto hacia su familia. "Siquiera selecciona", le espetó, en una muestra de indignación y desaprobación hacia su conducta.

Este tipo de intervenciones eran recurrentes. Florinda confesó haber regañado a Chespirito en múltiples ocasiones, instándolo a valorar a Graciela y a la familia que habían construido juntos. Esta perspectiva humaniza a todos los involucrados, mostrándolos como personas con flaquezas y contradicciones, lejos de la imagen idealizada que a menudo se proyecta de las figuras públicas.

La preocupación de Florinda iba más allá de la simple moralidad. Sentía una genuina inquietud por el impacto que las infidelidades de Chespirito pudieran tener en Graciela. "Me daba inquietud de que cuando iba Graciela a las grabaciones se diera cuenta", confesó años después. La imagen de Graciela, ajena a las situaciones que ocurrían a su alrededor, generaba en Florinda una angustia palpable. No quería que sufriera al descubrir la verdad, protegiéndola incluso de un dolor que ella misma terminaría experimentando años más tarde, al convertirse en la pareja de Chespirito.

Este periodo previo al romance, marcado por la amistad y la preocupación de Florinda hacia Graciela, añade una nueva dimensión a la compleja historia de amor entre Florinda Meza y Roberto Gómez Bolaños. Un capítulo que nos invita a reflexionar sobre las relaciones humanas, la lealtad y las complejidades del amor en el mundo del espectáculo.