La voz inigualable de Vicente Fernández, el "Charro de Huentitán", resonó en los corazones de millones a lo largo de su prolífica carrera. Su potencia vocal y su entrega lo catapultaron al estatus de leyenda dentro del género regional mexicano. Sin embargo, a diferencia de otros artistas, "Chente" se mantenía alejado de los eventos deportivos, prefiriendo los escenarios tradicionales donde su música florecía con mayor intensidad. Existe, no obstante, una notable excepción a esta regla, una anécdota que brilla con luz propia en la memoria colectiva: la vez que el ícono de la música ranchera entonó el Himno Nacional Mexicano en un evento deportivo, y no en cualquier evento, sino en una pelea del legendario Julio César Chávez.

Remontémonos a la década de los 90, una época dorada para el boxeo mexicano. En el vibrante escenario de Las Vegas, específicamente en el Thomas & Mack Center, Vicente Fernández decidió romper su propia tradición y acompañar a su gran amigo, Julio César Chávez, en un momento crucial de su carrera. Ante una multitud expectante, el "Charro de Huentitán" prestó su voz para interpretar el himno nacional, un gesto de amistad y apoyo que resonó con fuerza en el recinto.

La pelea en cuestión enfrentaba a Julio César Chávez contra Héctor "Macho" Camacho, el 1 de agosto de 1992. El título Mundial Super Ligero estaba en juego, y la atmósfera era eléctrica. Este combate marcó un hito singular en la trayectoria de Vicente Fernández: su debut y despedida en eventos deportivos. Un momento único, capturado para siempre en los anales del deporte y la música.

Recientemente, en una emotiva entrevista con el influencer conocido como Pol, Julio César Chávez rememoró este episodio con visible nostalgia. Con una sonrisa que delataba la profunda huella que este recuerdo había dejado en él, "El César" relató la generosidad de Chente, quien, por la sólida amistad que los unía, aceptó participar en este evento tan especial.

"Vicente Fernández solo me cantó a mí", confesó Chávez, "En la pelea con Macho Camacho cantó el himno. Soy al único (deportista) que se lo cantó. Fue en Las Vegas. Era un gran amigo, una gran persona… fuimos muy buenos amigos". Estas palabras, cargadas de emoción, reflejan la profunda admiración y respeto que el campeón de boxeo sentía por el ídolo musical. La interpretación del Himno Nacional en eventos deportivos, especialmente en el boxeo, reviste una solemnidad particular, y el gesto de Chente se convirtió en un tesoro invaluable en la memoria de Chávez.

La entrevista también dejó entrever otros encuentros memorables en la vida del boxeador, como su relación con Juan Gabriel, otra figura icónica de la música mexicana. Sin embargo, esa es una historia para otra ocasión, una anécdota que espera ser desvelada en un futuro próximo. Por ahora, la imagen de Vicente Fernández entonando el Himno Nacional en el Thomas & Mack Center, con la voz resonando en el corazón de Julio César Chávez, permanece como un testimonio de la fuerza de la amistad y el poder de la música para trascender las fronteras del deporte y el espectáculo. Un momento único, irrepetible, que se inscribe con letras de oro en la historia de dos leyendas mexicanas.