
14 de julio de 2025 a las 16:05
Tragedia en Nayarit: Femicidio y muerte
La tragedia tiñó de rojo las calles de Tecuala, Nayarit, dejando una estela de dolor e incertidumbre. Lo que comenzó como una discusión doméstica en una vivienda de la calle Iturbide, culminó en un feminicidio y una balacera que cobró la vida de dos personas y dejó a un agente herido. El silencio que siguió a los gritos de auxilio, premonitorio y escalofriante, fue la señal que alertó a los vecinos. Imaginen la angustia, la impotencia de quienes, tras las delgadas paredes, presenciaron el horror sin poder intervenir. Marisela “N”, de 38 años, fue encontrada sin vida, con una profunda herida en el cuello y otras lesiones que evidenciaban la brutalidad del ataque. Su pareja, Héctor “N”, alias “El Lobo”, permanecía en la escena del crimen, armado y desafiante.
Los agentes municipales, al llegar al lugar, intentaron persuadirlo para que se entregara. Buscaron una salida pacífica, una rendición que evitara más derramamiento de sangre. Pero la respuesta de Héctor “N” fue una ráfaga de disparos. En el intercambio de fuego, uno de los oficiales cayó herido, defendiendo a la comunidad, arriesgando su vida en cumplimiento de su deber. Sus compañeros, con la adrenalina corriendo por sus venas, se vieron obligados a repeler el ataque, un acto de defensa propia que culminó con la muerte del agresor. El agente herido fue rápidamente atendido por paramédicos y trasladado a un hospital cercano, donde se debate entre la vida y la muerte.
La escena, acordonada por las autoridades, se convirtió en un sombrío recordatorio de la violencia que azota la región. Peritos forenses trabajaron meticulosamente, recolectando evidencias, buscando respuestas en medio del caos. Los cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense, donde se les practicarán las autopsias correspondientes. Cada detalle, cada pista, es crucial para reconstruir los hechos y hacer justicia.
Pero la tragedia de Tecuala no es un hecho aislado. Apenas un día antes, en la cercana localidad de Milpas Viejas, otro asesinato conmocionó a la comunidad. A plena luz del día, en la calle principal, un grupo de hombres armados interceptó a un hombre y le disparó en repetidas ocasiones. Los testigos hablan de al menos diez detonaciones, un sonido que resuena en sus memorias, un eco de la violencia que los acecha. Los agresores huyeron en un vehículo compacto blanco, dejando tras de sí un cuerpo sin vida y un mar de interrogantes.
La policía municipal y la Guardia Nacional acudieron al lugar, pero ya era demasiado tarde. La víctima yacía en el pavimento, silenciada para siempre. Los casquillos percutidos, mudos testigos de la barbarie, fueron recolectados como evidencia. La identidad del fallecido aún se desconoce, pero la investigación ya está en marcha, buscando desentrañar los motivos y dar con los responsables.
El miedo se ha apoderado de los habitantes de Tecuala y Milpas Viejas. La violencia, como una sombra oscura, se cierne sobre sus vidas. Las calles, antes lugares de encuentro y convivencia, ahora se perciben como escenarios de peligro. Los vecinos viven con temor, limitando sus actividades, evitando salir de noche, encerrados en sus hogares, convirtiendo sus casas en refugios precarios. La pregunta que todos se hacen es: ¿hasta cuándo? ¿Cuándo terminará esta ola de violencia que les roba la tranquilidad y les arrebata la vida? La sociedad exige respuestas, clama por justicia y por un futuro donde la paz no sea una utopía, sino una realidad tangible.
Fuente: El Heraldo de México