La tragedia se cernió sobre una tarde aparentemente normal de domingo en Monterrey. El bullicio habitual del área de comidas de un concurrido supermercado en Valle Oriente se vio interrumpido por escenas de pánico y desesperación. Una mujer de la tercera edad, María Saturnina de 78 años, disfrutaba de un simple hot dog en compañía de sus familiares cuando la fatalidad la sorprendió. Un trozo de salchicha se alojó en sus vías respiratorias, desencadenando una lucha desesperada por respirar.

La escena, que minutos antes transcurría con la alegre normalidad de un domingo familiar, se transformó en un escenario de angustia. Testigos presenciales describen la rapidez con la que la situación se deterioró. El rostro de María Saturnina, que momentos antes reflejaba la alegría del encuentro familiar, se tornó pálido y angustiado. Sus manos se aferraron a su garganta en un intento desesperado por desalojar la obstrucción.

El personal del supermercado reaccionó con prontitud, alertando a los servicios de emergencia mientras intentaban auxiliar a la mujer. La tensión se palpaba en el ambiente. Clientes que se encontraban disfrutando de sus alimentos observaban conmocionados el desarrollo de los acontecimientos, conscientes de la gravedad de la situación. Algunos, con conocimientos en primeros auxilios, se acercaron para ofrecer su ayuda, mientras que otros se limitaron a observar con impotencia.

La llegada de los paramédicos trajo consigo un rayo de esperanza. Inmediatamente iniciaron las maniobras de reanimación cardiopulmonar, luchando contra el reloj para devolverle la vida a María Saturnina. Minutos que parecieron eternos transcurrieron mientras los socorristas se afanaban en su labor. Incluso médicos que se encontraban entre los clientes se unieron a los esfuerzos de reanimación, aportando su experiencia y conocimientos en una batalla desesperada contra la muerte.

Sin embargo, a pesar de todos los esfuerzos, la tragedia se consumó. Tras más de media hora de intensas maniobras, María Saturnina fue declarada sin vida en el lugar de los hechos. La noticia de su fallecimiento se extendió como un reguero de pólvora entre los presentes, sumiendo al supermercado en un silencio sepulcral, solo interrumpido por los sollozos de los familiares de la víctima.

La escena, ahora acordonada por las autoridades, se convirtió en el escenario de una meticulosa investigación. Agentes ministeriales y peritos de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León se presentaron en el lugar para recabar evidencias y esclarecer los detalles del trágico suceso. Si bien las investigaciones aún están en curso, todo apunta a que la causa del fallecimiento fue asfixia por obstrucción alimentaria, un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de conocer técnicas de primeros auxilios que puedan marcar la diferencia en situaciones de emergencia.

Este lamentable incidente deja una profunda huella en la comunidad regiomontana, sirviendo como un llamado a la prevención y a la concienciación sobre la importancia de actuar con rapidez y eficacia ante situaciones de emergencia. La historia de María Saturnina, truncada de manera tan repentina, nos recuerda que la vida puede cambiar en un instante y nos invita a valorar cada momento que compartimos con nuestros seres queridos.