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14 de julio de 2025 a las 19:00

Tragedia en Culiacán: Paramédico de Cruz Roja asesinado

La tragedia ha enlutado a la Cruz Roja Mexicana, dejando un vacío irreparable en la delegación Navolato. Obed Jaír Reyes López, un joven paramédico comprometido con la noble labor de salvar vidas, se convirtió en víctima de la violencia que azota a nuestra sociedad. Su partida, confirmada este fin de semana, ha conmocionado a la comunidad y generado una ola de indignación y tristeza.

La pesadilla comenzó el viernes 11 de julio. Obed, quien se encontraba fuera de servicio, fue privado de su libertad en la tranquila comunidad de Altata, perteneciente al municipio de Navolato. La tarde transcurría con aparente normalidad, cuando la violencia irrumpió, arrebatando a un joven de su familia, sus amigos y su vocación de servicio. Las autoridades aún no han precisado la hora exacta de este lamentable suceso, pero cada minuto que Obed permaneció en cautiverio representa una herida profunda en el corazón de quienes lo conocían.

Horas más tarde, la esperanza se desvaneció. Reportes de corporaciones policiales confirmaron el hallazgo del joven paramédico en una zona rural de Costa Rica, sindicatura al sur de Culiacán. Las heridas por arma de fuego que presentaba hablaban de la brutalidad a la que fue sometido. A pesar del rápido traslado a un hospital, los esfuerzos médicos fueron en vano. La vida de Obed se apagó, dejando tras de sí un dolor inconsolable. La misma noche del viernes, la Cruz Roja, con el corazón roto, ratificó el deceso.

Este fin de semana, la delegación Navolato de la Cruz Roja se vistió de luto para rendir un último homenaje a su compañero caído. Familiares, amigos, voluntarios, paramédicos y personal operativo de la institución se unieron en un emotivo acto de despedida. El dolor se palpaba en el ambiente, en cada mirada, en cada abrazo. La ceremonia, con la presencia de elementos uniformados, reflejó el respeto y la admiración que Obed se había ganado con su dedicación y entrega.

Posteriormente, una conmovedora caravana recorrió las principales calles de Navolato. Encabezada por una ambulancia institucional y un vehículo de servicios funerarios, la procesión se convirtió en un símbolo de la solidaridad y el cariño que la comunidad sentía por el joven paramédico. El sonido de las sirenas, habitualmente asociado a la urgencia y la esperanza, en esta ocasión resonaba como un lamento, un último adiós a un héroe silencioso que dedicó su vida a aliviar el sufrimiento de los demás.

La partida de Obed Jaír Reyes López nos deja una profunda reflexión. Es un llamado a la conciencia, a la unidad y a la búsqueda de soluciones para erradicar la violencia que nos roba a nuestros jóvenes, que trunca sueños y deja familias destrozadas. Su memoria debe ser un impulso para construir una sociedad más justa y segura, donde la vida sea valorada y protegida por encima de todo. Que su ejemplo de servicio y entrega inspire a las futuras generaciones a seguir el camino de la solidaridad y la compasión.

Fuente: El Heraldo de México