El imperio Kardashian-Jenner no deja de sorprendernos. Si bien el clan en sí mismo es un referente de moda, generando olas de imitación y rompiendo esquemas con cada aparición, ahora es la pequeña Stormi Webster quien acapara los flashes. Con una edad en la que la mayoría de los niños se preocupan por jugar, Stormi ya define tendencias, demostrando una personalidad y estilo únicos, heredados, sin duda, de su madre, la magnate Kylie Jenner.

No se trata solo de vestir ropa de marca, sino de la naturalidad con la que Stormi lleva prendas de alta costura, como si de un juego se tratase. Versace, Prada, Hermès… nombres que resuenan en el mundo de la moda, confeccionan piezas exclusivas para la pequeña, convirtiéndola en un icono de estilo infantil. Recientemente, su colección de Labubus ha causado furor. Estas figuras, creadas por Kasing Lung y producidas por Pop Mart, combinan ternura y un toque inquietante que ha conquistado a coleccionistas de todo el mundo, incluyendo, por supuesto, al clan Kardashian-Jenner.

Imaginen la escena: Stormi bajando de un avión privado, con la despreocupación propia de su edad, luciendo un look veraniego sencillo, falda vaquera, camiseta blanca y sandalias. Pero la atención se centra en su llavero, adornado con al menos seis de estas codiciadas figuras. Un detalle que no pasa desapercibido para los fans, quienes rápidamente identifican los Labubus y calculan su valor. Si bien el precio individual ronda los 22 dólares, conseguirlos en México, donde no se venden directamente, puede implicar un desembolso considerablemente mayor, llegando incluso a los 1500 pesos.

Este episodio, aparentemente trivial, ilustra el impacto de Stormi en el mundo de las tendencias. No solo marca la pauta en moda infantil, sino que también influye en el mercado de los coleccionables, generando un interés inmediato en estas peculiares figuras.

Las redes sociales son testigo de la evolución estilística de Stormi. Las imágenes que comparte Kylie Jenner junto a su hija, en diferentes rincones del mundo, muestran una complicidad innegable y un gusto compartido por la moda. Looks coordinados, diseñados especialmente para ellas por firmas como Burberry o Louis Vuitton, deslumbran a los seguidores y confirman el estatus de Stormi como mini-icono fashion.

Pero más allá de la ropa, son los accesorios los que elevan el nivel de lujo. Desde la mochila Hermès Kelly Ado, con un precio que haría palidecer a muchos, hasta el abrigo y botas Burberry para un día en la nieve, cada detalle en el guardarropas de Stormi es una declaración de estilo y exclusividad.

Y qué decir de los bolsos. El Prada negro que lució posando junto a su Lamborghini, personalizado con el icónico monograma de Louis Vuitton, es solo una muestra de la pasión de la familia por la firma francesa. Una pasión que, sin duda, Stormi ha heredado y exhibe con la misma naturalidad con la que juega con sus Labubus.

En definitiva, Stormi Webster no es solo la hija de una celebridad. Es una figura influyente en el universo de la moda infantil, capaz de generar tendencias y despertar el interés del público con cada una de sus apariciones. Un fenómeno que, sin duda, seguiremos observando con atención en los próximos años.