
14 de julio de 2025 a las 12:25
Industria al alza: Construcción lidera
El sector de la construcción, un titán dormido que despierta, ha insuflado nueva vida a la actividad industrial mexicana. Tras un marzo sombrío con una caída del 1.2%, mayo nos trajo un soplo de aire fresco con un crecimiento del 0.6%, consolidando dos meses consecutivos de avance. El Indicador Mensual de la Actividad Industrial (IMAI) alcanzó los 103.3 puntos, un hito que nos acerca a los niveles pre-caída de febrero. Este repunte, como un faro en la niebla, sugiere la estabilización de la economía en el segundo trimestre del año, un respiro tras un prolongado periodo de incertidumbre.
¿El motor de este cambio? La construcción, ese gigante que representa casi el 20% de la actividad industrial total, registró un vigoroso crecimiento del 2.8% mensual, reponiéndose de la caída del mes anterior. Imaginen las grúas moviéndose, los cimientos elevándose, el cemento fraguando, una sinfonía de progreso que resuena en la economía nacional. Este despertar de la construcción no solo implica la creación de empleos directos, sino también una cascada de beneficios para otros sectores, desde la producción de acero hasta la venta de materiales de construcción.
Si bien la generación y suministro de energía, junto con la manufactura, también contribuyeron al crecimiento con avances del 0.4% y 0.1% respectivamente, la minería, lamentablemente, experimentó una contracción del 1.1%. Esta disparidad sectorial nos recuerda la complejidad del panorama económico actual.
Sin embargo, el optimismo debe ser cauteloso. El camino hacia una recuperación sólida está plagado de desafíos. La espada de Damocles de los aranceles impuestos por Estados Unidos pende sobre sectores clave como la manufactura y la construcción, generando un clima de incertidumbre que afecta tanto las exportaciones como la planificación de nuevas inversiones. A este panorama se suma la persistente debilidad en la minería y la energía, así como la desaceleración económica de Estados Unidos, nuestro principal socio comercial, lo que impacta directamente en la demanda externa.
A pesar de estos nubarrones, existen destellos de esperanza. Algunos segmentos manufactureros, como los dedicados a la producción de alimentos y productos para la salud, podrían encontrar un refugio en la demanda interna. Estos sectores, resilientes ante las fluctuaciones del mercado externo, se presentan como un ancla de estabilidad en medio de la tormenta.
La clave para un crecimiento sostenido radica en la disipación de la volatilidad del entorno internacional. La evolución de las tensiones comerciales, como un director de orquesta marcando el ritmo de la economía global, determinará el futuro de la industria mexicana. Si logramos navegar estas aguas turbulentas, el despertar de la construcción podría ser el preludio de una nueva era de prosperidad. El tiempo, como siempre, tendrá la última palabra.
Fuente: El Heraldo de México