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14 de julio de 2025 a las 17:15

Humillación pública: Turista rapada por error

La confusión y la furia se apoderaron de las calles de Bermejo, Bolivia, cuando una turista argentina se vio envuelta en una pesadilla kafkiana. Acusada de participar en un robo de 5,000,000 de pesos mediante la modalidad del "pasa manos", una estratagema astuta donde un grupo de personas distrae a los empleados mientras otros sustraen el dinero, la mujer se convirtió en el blanco de la ira de una comunidad herida por el delito. La denuncia del robo, relatada con la angustia de quien ha sido víctima de una "logística calculada", encendió la mecha de la búsqueda. Los comerciantes, unidos por la indignación y la necesidad de justicia, emprendieron una cacería que culminó con la captura de la turista argentina.

Lo que siguió fue un acto de barbarie que nos recuerda la fragilidad de la justicia en manos de la multitud. La mujer, indefensa ante la turba enfurecida, fue sometida a un humillante castigo público. Las groserías y los golpes fueron solo el preludio de una vejación aún mayor: la obligaron a arrodillarse, le raparon el cabello, la desnudaron parcialmente y la amenazaron con quemarla viva. Imágenes que se graban a fuego en la memoria, un recordatorio sombrío del poder destructivo de la justicia por mano propia.

La intervención de la policía, aunque tardía, logró evitar una tragedia mayor. La mujer fue detenida y puesta a disposición de las autoridades, pero la sombra de la impunidad se cierne sobre el caso. La pasividad de las fuerzas del orden ante las advertencias de los comerciantes, quienes les instaron a no intervenir, plantea serias interrogantes sobre la capacidad del Estado para garantizar la seguridad y el debido proceso.

La familia de la víctima, cuya identidad se mantiene en reserva, clama justicia. Describen el ataque como un acto de tortura y exigen que los responsables sean castigados con todo el rigor de la ley. Sus voces se unen a las de quienes condenan la brutalidad del linchamiento y la vulneración de los derechos humanos.

El Consulado argentino en Bolivia ha tomado cartas en el asunto, iniciando una investigación que deberá esclarecer no solo la presunta participación de la mujer en el robo, sino también la responsabilidad de quienes la sometieron a un castigo medieval. La acusación de que forma parte de una banda delictiva añade otra capa de complejidad al caso, y la justicia deberá determinar la veracidad de estas afirmaciones.

Este caso, más allá de la anécdota, nos invita a reflexionar sobre la delgada línea que separa la justicia de la venganza. La necesidad de seguridad y la indignación ante el delito son comprensibles, pero nunca pueden justificar la barbarie. La presunción de inocencia, el debido proceso y el respeto a los derechos humanos son pilares fundamentales de una sociedad justa y democrática. El linchamiento de Bermejo es una llamada de atención, un recordatorio urgente de que la justicia no puede estar en manos de la multitud, sino del Estado de Derecho. ¿Será este un punto de inflexión para que las autoridades bolivianas refuercen la seguridad y garanticen la protección de todos, incluyendo a los extranjeros que visitan su país? ¿Se hará justicia para la turista argentina y se castigará a los responsables de este acto de barbarie? El tiempo y la actuación de la justicia tendrán la respuesta.

Fuente: El Heraldo de México