
14 de julio de 2025 a las 05:10
Familia escapa de secuestro en Tijuana
La angustia que se vivió en Tijuana durante la desaparición de la familia Pelcastre ha dado paso a un suspiro de alivio. Tras días de incertidumbre, el cautiverio al que fueron sometidos llegó a su fin gracias a una audaz fuga que ha captado la atención de todos. La historia, llena de tensión y valentía, nos recuerda la fragilidad de la seguridad y la fuerza del espíritu humano.
Recordemos que la pesadilla comenzó el 4 de julio, cuando la hija mayor de la familia reportó la desaparición de sus padres y dos hermanos. Sin embargo, rumores inquietantes sugerían que el secuestro habría ocurrido antes. Desde ese momento, la maquinaria de las autoridades se puso en marcha, desplegando un operativo de búsqueda que mantenía a la comunidad en vilo. Cada minuto que pasaba aumentaba la desesperación, mientras las hipótesis sobre su paradero se multiplicaban.
La versión del padre de familia, relatada tras su liberación, nos sumerge en el terror que vivieron. Un comando armado irrumpió en su lugar de trabajo, un sitio de resguardo de tráilers y vehículos pesados en Ciudad Industrial. La acusación de un supuesto cargamento de drogas, desconocida por la familia, desató la furia de los captores, quienes los golpearon brutalmente y los privaron de su libertad. El robo de un tráiler y una pipa, posteriormente recuperados, añadía otra capa de complejidad al caso. La ausencia de una petición de rescate y la aparente falta de vínculos con el crimen organizado, aumentaba la incertidumbre y dificultaba las labores de investigación.
Vendados, amordazados y atados, la familia Pelcastre fue trasladada a una casa en la colonia Las Torres Parte Baja. Allí, descubrieron que no estaban solos. Otras víctimas compartían su desgarradora situación. En medio de la oscuridad y el miedo, surgió una oportunidad. El movimiento de los captores al trasladar a otras víctimas fue la clave. Con una determinación admirable, lograron liberarse de sus ataduras y escapar en la oscuridad de la noche.
Imaginemos la escena: cuatro figuras corriendo a través de las calles desoladas, con el corazón latiendo al ritmo del miedo y la esperanza. Su refugio fue el templo evangélico Misión de Dios, un oasis de paz en medio de la tormenta. Allí, recibieron la ayuda que tanto necesitaban y fueron entregados a las autoridades. Si bien el padre sufrió dos costillas rotas y el resto de la familia presentaba golpes, la alegría del reencuentro eclipsaba cualquier dolor físico.
Este caso nos deja importantes interrogantes. ¿Quiénes son los responsables de este acto de barbarie? ¿Qué hay detrás de la acusación del cargamento de drogas? ¿Cuántas otras víctimas permanecen en las garras de estos criminales? Las autoridades continúan las investigaciones, con la esperanza de arrojar luz sobre estos oscuros acontecimientos y llevar a los culpables ante la justicia. La historia de la familia Pelcastre es un testimonio de resiliencia, un recordatorio de que incluso en las situaciones más adversas, la esperanza y la valentía pueden abrir un camino hacia la libertad.
Fuente: El Heraldo de México