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15 de julio de 2025 a las 01:50

Energía segura para el crecimiento de México.

La estabilidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) durante el verano de 2025, una temporada crítica por el aumento de la demanda debido a las altas temperaturas, es un logro significativo que merece un análisis a fondo. Las cifras proporcionadas por la CFE, mostrando un Margen de Reserva Operativo (MRO) constantemente superior al mínimo requerido, incluso en los picos de demanda registrados el 9 de junio, tranquilizan y demuestran una sólida planificación. Vale la pena destacar la resiliencia del sistema, no solo a nivel nacional, sino también en regiones específicas como Baja California, Baja California Sur, la Península de Yucatán y Quintana Roo, cada una con sus propias particularidades y desafíos. Esto no es fruto de la casualidad, sino de una estrategia proactiva que combina la disponibilidad de un parque de generación robusto con acciones preventivas en la red de transmisión y distribución.

Profundicemos en la importancia de este margen de reserva. El MRO no es simplemente un excedente de energía, es la garantía de que, ante cualquier imprevisto, el suministro eléctrico no se verá comprometido. Imaginemos las consecuencias de un fallo en una planta generadora durante una ola de calor: sin un MRO suficiente, hospitales, industrias y hogares podrían sufrir cortes de electricidad, con consecuencias potencialmente graves. El hecho de que el MRO se haya mantenido por encima del 12% en promedio durante 2025, incluso alcanzando casi el 17% en Baja California durante su pico de demanda, habla de una gestión responsable y previsora por parte de la CFE y el CENACE.

Más allá de las cifras, las acciones preventivas implementadas son cruciales para entender esta estabilidad. El mantenimiento constante de las líneas de transmisión y distribución, la modernización de subestaciones y la poda de árboles cercanos al tendido eléctrico son medidas que minimizan el riesgo de interrupciones del servicio. Consideremos la vasta extensión del SEN, con más de 110,000 km de líneas de transmisión y casi un millón de km de líneas de distribución, una red compleja expuesta a una variedad de amenazas, desde fenómenos meteorológicos extremos hasta accidentes. La inversión en estas acciones preventivas no solo protege la infraestructura, sino que también asegura la continuidad del suministro eléctrico, un servicio esencial para el desarrollo económico y social del país.

La respuesta ante eventos climáticos adversos también es un indicador clave de la fortaleza del SEN. La rápida recuperación del servicio tras el impacto del huracán Erick, de categoría 4, es un ejemplo de la capacidad de respuesta y la eficiencia de los equipos de la CFE. Restaurar el suministro al 89% de los usuarios afectados en tan solo 48 horas, en una zona geográfica impactada por un huracán de esa magnitud, demuestra una logística impecable y un compromiso inquebrantable con la población. Esto, sumado a la atención a los frentes fríos en diversas regiones del país, reafirma la capacidad de la CFE para enfrentar los desafíos que imponen las condiciones climáticas.

Finalmente, la coordinación entre la CFE y el CENACE es un factor determinante para el éxito de esta estrategia. La planificación conjunta, el intercambio de información y la ejecución coordinada de las acciones permiten una gestión integral del SEN, optimizando los recursos y garantizando la confiabilidad del suministro eléctrico para todos los mexicanos. El compromiso de ambas instituciones con la seguridad energética del país se traduce en la tranquilidad de saber que, incluso en los momentos de mayor demanda, la luz seguirá encendida.

Fuente: El Heraldo de México