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14 de julio de 2025 a las 17:00
Embarazada desaparece: Familia devastada busca en Tamaulipas
La angustia se extiende como una sombra sobre Jiménez, Tamaulipas. Sandy Lucero Cepeda Caballero, de 32 años, con el rostro redondo enmarcado por cabello ondulado castaño oscuro y unos ojos grandes del mismo color, espera un bebé. Un bebé que debería nacer en cuestión de semanas, un bebé que no conocerá el calor de su madre si no la encontramos pronto. Nueve meses de gestación, nueve meses de ilusiones y preparativos, truncados por una desaparición que ha dejado a su familia devastada. Imaginen la escena: una mujer de complexión robusta, 1.60 metros de estatura y 94 kilos de peso, llevando en su vientre la promesa de una nueva vida, desvaneciéndose sin dejar rastro. El 6 de julio de 2025 marca el inicio de una pesadilla para sus seres queridos, quienes se aferran a la esperanza y claman por ayuda. "No sabemos nada de nuestra hermana Sandy Lucero Cepeda, estamos devastados ya que ella está a punto de tener a su bebé", un grito desesperado que resuena en las redes sociales, un llamado a la solidaridad que busca romper el silencio y traerla de vuelta a casa.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas ha emitido la ficha de búsqueda, un documento frío que contrasta con el calor de la angustia familiar. Cada detalle, cada seña particular, se convierte en una pista potencial: su rostro, su cabello, sus ojos, su complexión, su embarazo avanzado. La información es vital, cada minuto cuenta. Las autoridades solicitan la colaboración ciudadana, cualquier dato, por pequeño que parezca, puede ser la clave para resolver este misterio y reunir a Sandy con su familia. La búsqueda se intensifica, la esperanza se mantiene viva.
Pero la historia de Sandy no es un caso aislado. La tragedia de la desaparición se repite, dejando un rastro de dolor e incertidumbre. Recordemos a Maleny, una joven de 22 años que desapareció el 3 de agosto de 2024 en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Ocho largos meses sin saber de ella, ocho meses de preguntas sin respuesta. Su familia, su hijo, la esperan. Un tatuaje en el brazo izquierdo con el nombre "Yael" y otro con los ojos de su pareja sentimental, marcas indelebles que la identifican, que la hacen única, que la hacen falta. Un rumor, una esperanza: se dice que fue vista en Coahuila, vulnerable, con signos de abandono. La búsqueda se extiende, cruza fronteras, se alimenta de la solidaridad de desconocidos que comparten su foto, su historia, su desesperación.
El Colectivo Amor por los Desaparecidos en Tamaulipas, un faro en la oscuridad, trabaja incansablemente para encontrar a Maleny, a Sandy y a tantas otras personas que han sido arrebatadas de sus vidas. Su labor es un testimonio de la fuerza del amor, de la perseverancia ante la adversidad, de la esperanza que se niega a morir. La lucha contra la desaparición es una lucha de todos, una responsabilidad compartida. Reportar cualquier información al 911 o a las autoridades locales puede marcar la diferencia. No nos quedemos indiferentes ante el dolor ajeno, seamos la voz de quienes ya no la tienen. Compartamos las fichas de búsqueda, difundamos la información, mantengamos viva la esperanza. Porque cada persona desaparecida es una historia inconclusa, una familia rota, un vacío que clama por ser llenado.
Fuente: El Heraldo de México