
14 de julio de 2025 a las 09:25
El diálogo: clave antes de imponer
La imposición de aranceles del 30% por parte del gobierno estadounidense a productos mexicanos clave como el aluminio y el acero, bajo el pretexto de la migración y el tráfico de fentanilo, es una medida que no podemos pasar por alto. Se trata de una acción unilateral que pone en riesgo la estabilidad económica de México y atenta contra nuestra soberanía. Argumentar que México no está haciendo lo suficiente es, sencillamente, ignorar la realidad. Los resultados del gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum hablan por sí mismos: decomisos récord de fentanilo, desmantelamiento de laboratorios clandestinos y un trabajo de inteligencia financiera que está desarticulando las redes criminales desde la raíz. Estas acciones, contundentes y eficaces, demuestran el compromiso de México en la lucha contra el narcotráfico.
Estos aranceles no son más que una presión política disfrazada de medida económica. Pretenden condicionar nuestras políticas internas y forzar concesiones en temas migratorios. Es inaceptable que se utilice la economía como herramienta de coacción, especialmente cuando México ha demostrado su disposición al diálogo y la cooperación. Rechazamos categóricamente esta imposición y hacemos un llamado a la unidad nacional. Es momento de que todos los mexicanos, independientemente de su afiliación política, cerremos filas en defensa de nuestra soberanía.
La respuesta del gobierno mexicano, enviando una delegación de alto nivel a Washington para presentar un plan integral que aborde seguridad, migración y comercio, es un paso firme en la dirección correcta. Este esfuerzo diplomático, que busca un acuerdo amplio con Estados Unidos, debe ser respaldado por todos nosotros. La unidad nacional no es una opción, es una necesidad.
Debemos ir más allá de la simple retórica y traducir nuestro patriotismo en acciones concretas. Es fundamental impulsar el consumo interno, apoyar a las empresas mexicanas y difundir mensajes de unidad y solidaridad. Estas acciones no son propaganda, son medidas de defensa económica que protegerán los empleos y el bienestar de millones de familias mexicanas.
La confrontación no es el objetivo. Creemos firmemente en el diálogo y la negociación como herramientas para resolver las diferencias. Sin embargo, la negociación no puede darse bajo presión ni a costa de nuestra dignidad nacional. México está dispuesto a colaborar con Estados Unidos, pero no a ceder ante imposiciones injustas.
El camino a seguir es claro: unidad nacional, respaldo a nuestra presidenta y una defensa firme de nuestros intereses. Claudia Sheinbaum ha respondido con la altura y la dignidad que exige el momento, evitando caer en provocaciones y apostando por la vía diplomática. Es nuestro deber, como ciudadanos, respaldar su liderazgo y trabajar juntos para construir un México próspero, soberano y justo.
No podemos permitir que presiones externas dicten el rumbo de nuestro país. El nacionalismo no es patrimonio de ningún partido político, es un sentimiento que nos une a todos como mexicanos. Es el deber de defender nuestra patria, nuestro presente y nuestro futuro. Juntos, con unidad y determinación, superaremos este desafío y construiremos un México más fuerte y resiliente. La historia nos ha demostrado que la unidad es nuestra mayor fortaleza. Hoy, más que nunca, debemos estar unidos.
Fuente: El Heraldo de México