El legado de Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito", sigue vivo en el corazón de millones. Más allá de la risa que nos regaló con sus icónicos personajes, su vida personal, revelada en parte por la bioserie "Chespirito: sin querer queriendo", despierta la curiosidad y el cariño del público. Un aspecto que ha conmovido a muchos es el relato de sus últimos momentos, narrados por su esposa, Florinda Meza.

En una emotiva entrevista con Gustavo Adolfo Infante, Florinda compartió las últimas palabras de Chespirito, un susurro lleno de amor dirigido a ella: "Mi bonita, tú has sido…". La frase quedó inconclusa, interrumpida por el comienzo de una dificultosa respiración que marcaría el inicio de su despedida. La mirada de Roberto, según relata Florinda, se transformó, como si contemplara algo maravilloso, algo más allá de lo terrenal. Esta imagen, cargada de ternura y misterio, ha resonado profundamente entre los admiradores del comediante.

Florinda ha descrito la muerte de Chespirito como algo único. No fue un proceso convencional, sino una transición serena, casi poética. En una conversación con Pati Chapoy en "Ventaneando", la actriz relató cómo Roberto, en sus últimos instantes, parecía sonreír, sus ojos brillaban con una luz que había perdido el día anterior, como si se encontrara con una visión de belleza indescriptible. Esta imagen de paz y luminosidad contrasta con el dolor de la pérdida y refuerza la idea de una trascendencia espiritual.

La experiencia de acompañar a su esposo en sus últimos momentos ha fortalecido la convicción de Florinda Meza sobre la existencia de algo más allá de la muerte. La luz en los ojos de Chespirito, su expresión serena, la forma en que partió, todo le sugiere que estaba presenciando algo extraordinario, quizás un reencuentro con seres queridos o una visión del más allá. "Estoy segura de que debe haber algo más", afirma convencida, "alguien o algo estaba mirando, porque había una expresión en su cara hasta placentera".

Esta visión de la muerte, llena de esperanza y espiritualidad, ofrece consuelo a quienes lloran la ausencia de Chespirito. Su legado trasciende la pantalla, nos invita a reflexionar sobre la vida, el amor y la posibilidad de un encuentro más allá del tiempo. La historia de sus últimos momentos, narrada con tanta emoción por Florinda Meza, nos recuerda que el amor perdura incluso después de la muerte, y que la risa, ese regalo invaluable que Chespirito nos dejó, sigue resonando en nuestros corazones. Su recuerdo, como la luz en sus ojos al final del camino, nos ilumina y nos acompaña.