Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Desigualdad Social

14 de julio de 2025 a las 09:30

Desigualdad: ¿Una herencia inevitable?

La inmovilidad social en México es una realidad apremiante que nos obliga a reflexionar sobre la equidad y la justicia en nuestro país. El reciente Informe de Movilidad Social del Centro Espinosa Yglesias nos muestra un panorama desolador: la mitad de quienes nacen en la pobreza, ahí se quedan. Imaginen la frustración, la impotencia de ver cómo el futuro está preescrito desde la cuna. No se trata de falta de esfuerzo, sino de un sistema que perpetúa la desigualdad, un sistema que cierra las puertas a quienes nacen en la base de la pirámide social.

Este informe, comparable con estudios de 50 países, coloca a México entre los 10 con mayor desigualdad de oportunidades. ¿Qué nos dice esto de nuestra sociedad? Nos habla de un país donde el origen sí es destino, donde las oportunidades no son iguales para todos. Si naces en una zona rural, si eres mujer, si eres indígena, si tu piel es más oscura, las probabilidades de ascender socialmente se reducen drásticamente. Es una realidad que no podemos ignorar, una injusticia que debemos combatir.

La brecha de género es particularmente alarmante. Incluso dentro del mismo estrato económico, las mujeres enfrentan mayores obstáculos. Acceder a la educación superior, a puestos de liderazgo, a salarios justos, sigue siendo una batalla cuesta arriba. Esto no solo afecta a las mujeres individualmente, sino que frena el desarrollo de todo el país. Un país que no aprovecha el talento de la mitad de su población está condenado a la mediocridad.

En el ámbito educativo, la situación es igualmente preocupante. Muchas mujeres no logran superar el nivel educativo de sus padres, perpetuando así el ciclo de la desigualdad. La educación, que debería ser el motor de la movilidad social, se convierte en un instrumento que refuerza las diferencias.

Pero no todo está perdido. El informe propone soluciones concretas: políticas sociales y educativas con enfoque de movilidad social, que consideren el origen económico, la región y el género. Invertir en educación de calidad, en programas de apoyo para las zonas rurales, en políticas de igualdad de género, es invertir en el futuro de México. Es construir un país donde el origen no sea destino, donde todos tengan la oportunidad de alcanzar su pleno potencial.

La tarea no es fácil, requiere un compromiso de todos: gobierno, sociedad civil, sector privado. Debemos trabajar juntos para derribar las barreras que impiden el ascenso social, para crear un México más justo e inclusivo. Un México donde todos, sin importar su origen, tengan la oportunidad de construir una vida mejor. No podemos seguir permitiendo que la mitad de nuestra población viva atrapada en la pobreza. El futuro de México depende de nuestra capacidad para construir una sociedad más equitativa.

Fuente: El Heraldo de México