La membresía, ese pequeño plástico que llevamos en la cartera, se ha convertido en mucho más que un simple acceso a las compras en Sam’s Club. Se ha transformado en la llave a un universo de beneficios que se extiende mucho más allá de los pasillos repletos de productos al mayoreo. Con más de 170 sucursales a lo largo y ancho del territorio mexicano, Sam’s Club ha consolidado una estrategia omnicanal que no solo le permite llegar a más hogares, sino que refuerza el valor de pertenecer a su club. No se trata solo de precios competitivos, sino de una experiencia integral que busca simplificar y enriquecer la vida de sus socios.

Eduardo Millán, director de membresías de Sam’s Club, lo tiene claro: la clave está en las alianzas. Desde una tarde de cine en familia hasta un café recién hecho, pasando por opciones de salud, educación y hasta telefonía, los beneficios se diseñan pensando en las necesidades del hogar mexicano. Imagine poder disfrutar de un descuento en su próxima visita al cine después de haber renovado la despensa familiar, o acceder a un plan de telefonía móvil con condiciones preferenciales solo por ser socio. Estas alianzas estratégicas, cuidadosamente seleccionadas, no solo agregan valor a la membresía, sino que construyen un ecosistema de conveniencia alrededor del socio.

La pandemia, sin duda, redefinió la forma en que compramos. El auge del comercio electrónico representó un reto para muchos, pero Sam's Club lo vio como una oportunidad. Lejos de considerar al canal online como una competencia para sus tiendas físicas, la empresa lo integró a su estrategia omnicanal para multiplicar las posibilidades de compra. Ahora, los socios pueden elegir: recorrer los pasillos de la tienda, agregar productos a su carrito virtual desde la comodidad del hogar o combinar ambas opciones. La flexibilidad es la reina, y Sam's Club se adapta a las preferencias de cada socio, ofreciendo la posibilidad de comprar donde, como y cuando quieran.

El crecimiento en ventas no es casualidad, es el resultado de una estrategia bien ejecutada. La incorporación de nuevos socios, el crecimiento orgánico y la capacidad de llegar a más hogares con precios competitivos son los pilares de este éxito. Pero detrás de las cifras, hay un elemento fundamental: la satisfacción del cliente. Sam's Club no solo busca vender productos, busca construir relaciones a largo plazo, basadas en la confianza y el valor percibido.

Y la historia no termina aquí. Sam's Club tiene la mira puesta en el futuro, con planes de inversión que incluyen nuevas aperturas y mejoras tecnológicas. La apuesta es clara: consolidar su liderazgo en el mercado a través de la innovación y la mejora continua. La estrategia funciona, no solo por el incremento en el número de membresías, sino por la fidelidad de sus socios y la percepción positiva que se ha construido alrededor de la marca. En un mercado cada vez más competitivo, Sam’s Club ha demostrado que la clave está en ofrecer más que un simple producto, se trata de brindar una experiencia completa que se adapte a las necesidades cambiantes del consumidor moderno. La membresía, en definitiva, se ha convertido en un pasaporte a un mundo de beneficios, donde la conveniencia y el ahorro van de la mano.