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13 de julio de 2025 a las 19:25
Rayo Apaga Vida de Pequeña
Un cielo plomizo y amenazante fue el preludio de la desgracia que se cerniría sobre la familia de Victoria Guadalupe. La tarde del sábado 12 de julio, la lluvia caía con furia sobre el municipio de Guasave, azotando con especial virulencia la zona de los Callejones de Tamazula. En medio de la tempestad, un automóvil, con la pequeña Victoria de tan solo dos años en su interior, avanzaba por el puente que cruza el río Sinaloa, conectando Tamazula con Casa Blanca. Nadie podía imaginar que la furia de la naturaleza se desataría de una forma tan cruel e impredecible.
Testigos presenciales describen una escena desgarradora. Un relámpago, cegador en su intensidad, partió el cielo y se precipitó sobre el vehículo. El impacto fue brutal. La descarga eléctrica, de una potencia inimaginable, recorrió la carrocería metálica, activando de forma violenta las bolsas de aire. La explosión repentina, el sonido ensordecedor, el metal retorcido, todo contribuyó a un escenario de caos y desesperación. Dentro del coche, la pequeña Victoria recibió el impacto de lleno.
En medio del pánico y la confusión, sus padres, con el corazón en un puño, reaccionaron de inmediato. La urgencia por salvar a su hija les dio fuerzas sobrehumanas. Con la ayuda de algunas personas que, conmovidas por la tragedia, se detuvieron a auxiliarlos, llevaron a la pequeña Victoria a la clínica 32 del IMSS en Guasave. La esperanza, aunque tenue, se aferraba a cada kilómetro recorrido, a cada minuto que transcurría.
Sin embargo, el destino ya había escrito el final de esta historia. Al llegar al centro médico, los médicos confirmaron la devastadora noticia: Victoria Guadalupe ya no tenía signos vitales. La descarga eléctrica había sido fatal. El rayo, símbolo de la fuerza indómita de la naturaleza, se había llevado la vida de una niña que apenas comenzaba a descubrir el mundo.
La noticia se extendió como la pólvora por la comunidad de Guasave, dejando a su paso un rastro de dolor e incredulidad. ¿Cómo una tormenta, un fenómeno natural tan común en la región, pudo transformarse en una tragedia de tal magnitud? La pregunta resonaba en cada conversación, en cada hogar, en cada corazón conmovido. Victoria Guadalupe, con su corta vida, se convirtió en un símbolo de la fragilidad humana ante la fuerza impredecible de la naturaleza. Su memoria se mantiene viva en el recuerdo de quienes la conocieron y en la solidaridad de una comunidad que aún llora su partida. El caso ha reabierto el debate sobre la seguridad vial en condiciones climáticas extremas, instando a las autoridades a reforzar las medidas de prevención y a la población a extremar las precauciones ante la amenaza de las tormentas eléctricas. La tragedia de Victoria Guadalupe es un recordatorio doloroso de que la naturaleza, en su inmensa belleza, también puede ser implacable.
Fuente: El Heraldo de México